La librería del señor Livingstone

La librería del señor Livingstone es una preciosa historia que encierra toda la magia de los libros.

Aunque se sitúa en Londres, en una zona muy concreta como es el Temple, y nos presenta algún que otro lugar de la ciudad, en realidad la verdadera ambientación es la librería del señor Livingstone: Moonlight Books. Un espacio lleno de detalles que lo transforman en un lugar mágico: la lamparita azul bajo la que se sienta el escritor, la barandilla de hierro forjado, la claraboya que permite ver las estrellas, la zona de los libros ilustrados, la vitrina con el diario del doctor Livingstone... Todo crea un ambiente especial, lleno de calidez, que tras unas pocas páginas nos hace sentirnos como en casa.

Esta es, sin duda, una novela para los amantes de los libros, puesto que las páginas están plagadas de referencias a ellos. No la considero una novela romántica, aunque contenga más de un romance que me han parecido preciosos. Creo que es, más bien, la historia de una búsqueda y de un encuentro. No solo Agnes, la protagonista, va buscando algo; todos los que entran a la librería lo hacen, incluidos quienes leemos el libro.

Agnes es una joven española, apasionada de la arqueología, que viaja a Londres en busca de trabajo. Sin embargo, y a pesar de su experiencia en alguna excavación, no resulta fácil para ella encontrar algo a su medida. Cuando está a punto de tirar la toalla, entra por casualidad en la librería del señor Livingstone y, desde ese momento, su vida cambia.

Poco a poco comienza a crear una amistad con Edward Livingstone, librero y dueño de la tienda; con el pequeño Oliver, un inquilino perpetuo en la librería, abandonado allí cada día por su madre y entusiasta de la astronomía; con Sioban, la eterna novia de Edward, librera y editora, enamorada de Tolkien; y con John Lockwood, un atractivo policía que le recuerda a su corazón que todavía puede sentir.

La inocencia e ingenuidad de Agnes es cautivadora y su relación con John preciosa. Te deja el corazón calentito.

Todos los personajes están extraordinariamente bien representados y es imposible no cogerles cariño, pero si tuviera que quedarme con uno, escogería sin duda a Edward Livingstone. Su humor ácido, tan británico; su capacidad de replicar a todas las cuestiones con una cita literaria; el amor que derrocha por su librería; su corazón bondadoso y amable, a pesar de su fachada de Scrooge; todo lo convierte en un personaje imperfectamente perfecto y encantador.

La narración no solo es fluida y está plagada de referencias a libros y de citas literarias, además, me ha recordado mucho al estilo de Dickens. Baste esta muestra: "Al señor Livingstone le parecía abominable que Roberta Twist hubiese bautizado a su único hijo, en la iglesia presbiteriana de St Andrew, con el nombre de Oliver. Y no porque tuviese nada en contra de los fieles presbiterianos, o contra la espantosa cúpula de St Andrew, sino porque estaba convencido de que hacía falta mucha maldad para dejar abandonado en la puerta de su librería, de lunes a viernes, a un niño llamado Oliver Twist". 🥰

En fin, es una historia que he disfrutado muchísimo y que recomiendo a todos los que creemos y gozamos de la magia de los libros.

Es el libro más aburrido que he leído en lo que va de año. Sólo tiene 200 páginas y me han parecido 800. No pasa nada. Los protagonistas son vacíos, arrogantes. Me habían dicho que es perfecto para navidad, pues no lo recomiendo para nada. Sorry Not sorry

Es por norma que la primera condición de un escritor que se precie es que tiene que ser un amante apasionado de la lectura. Y os aseguro que esta condición Mónica la cumple con creces.


La librería del señor Livingstone es un lugar mágico, y no solo por los libros que allí se venden, sino por la variopinta familia que forman el librero y sus clientes (un niño solitario llamado Oliver Twist, una joven hada/arqueóloga, ...). 


Entre citas de libros, visitas turística de Londres y alusiones a escenas tan variopintas como la batalla de geonosis de Star Wars, asistimos a la historia de amor de Agnes Martí, una joven catalana en búsqueda de su destino en la capital inglesa.

Es un libro precioso, encantador, dulce, entrañable.
Una auténtica delicia para los sentidos; un homenaje a Londres, a su literatura, a esas librerías mágicas que tienen asegurado un billete hacia la felicidad.
Una narración sencilla, pero a la vez llena de belleza, con frases que no podrás olvidar nunca y que te calarán hondo.

Desde la primera hasta la última página no puedes dejar de sonreír, de enamorarte de cada uno de los personajes, sin excepción, de reír a carcajadas con los chascarrillos literarios envueltos en el peculiar humor inglés.

Esta autora ha sido un descubrimiento para mí, su prosa está llena de ternura y en estos tiempos que corren que caiga en tus manos una novela feelgood, llena de optimismo, de cosas bonitas, te arropa y te reconforta.

Una lectura para quienes amamos la magia de la literatura.

No hay nada más reconfortante que leer una novela feelgood, de esas que te hacen pasar un buen rato (o fin de semana) con historias que te hacen evadirte ese tiempo de los problemas que nos rodean y consiguen trasladarte a una atmósfera de tranquilidad, relajación y felicidad.

Es todo un homenaje a la literatura y los libros, habla sobre cómo éstos pueden ayudarnos, salvarnos, cómo se convierten en hogar, y también sobre la importancia de los libreros y las librerías en las personas amantes de los libros.

Hay infinidad de referencias literarias y alusiones a obras y personajes clásicos y se encuadra en la preciosa e idílica Londres, llevándote de paseo mental por el barrio de Temple, la estación de St. Pancras y el British Museum, entre otros lugares.

En definitiva, leer estas páginas te hace sentir bien y te envuelve en una calidez increíble tan necesaria en estos tiempos.

Breve historia sobre un librero gruñón, su librería encantadora en Londres y toda una serie de personajes que órbita en torno a ella. de entre estos, destaca Agnes, una joven española que trata de sobrevivir buscando un trabajo de arqueóloga que no le acaba de salir. El señor Livingstone le da trabajo en su librería y la salva.

En mi opinión se trata de una novela tierna, con personajes encantadores, con algún que otro estereotipo, de trama algo simple y final un poco merengoso. Una lectura sin pretensiones, amigable.

Esta historia es de las que aparentemente no pasa nada pero al mismo tiempo tiene un montón de detalles geniales, personajes carismáticos y escenas surrealistas.

La historia comienza con el señor Livingstone hablando sobre su maravillosa librería en una esquina del barrio de Temple en Londres, con todas sus peculiaridades. Después, conocemos a Agnes, una barcelonesa que cansada de no encontrar trabajo de lo suyo, arqueología, decide irse a probar suerte en Londres. Desesperada porque no encuentra trabajo en ningún museo, su amiga y compañera de piso Jazmine le habla de un paseo por el Temple para que vea la iglesia, pero se pierde y comienza a llover. de pronto encuentra luz en un local y entra en la librería del señor Livingstone. El flechazo es inmediato por parte de ambos. Ahora Agnes pasará a formar parte del mundo de Moonlight junto a Edward, Sioban, Oliver, la señora Desdren, el escritor residente y un par de personas que merodean alrededor de la librería. Pero un día desaparece el mayor tesoro que se encuentra en ella y Sioban llama al inspector de Scottland Yard, John Longwood. Que encandilará a más de uno con su entrada y sus maneras.

La novela es muy fácil de leer, con momentos y escenas surrealistas que son muy simpáticas y entrañables. Una de las cosas que me parecen más difíciles de este tipo de libros es la cantidad ingente de referencias a otros libros, de todo tipo, que tienen. La forma de hablar del librero, que siempre tiene alguna frase o escena de un libro clásico o importante en la punta de le lengua para soltar cuando más la necesita. Eso me parece increíblemente dificil. Y Un personaje como el señor Livingstone con toda su rudeza, su sensibilidad oculta y su excentricidad me parece maravillosamente complejo. La dulzura y las dudas del hada de la tienda, con sus pies descalzos y su melena al viento da el contrapunto al librero. Y que decir de Oliver Twist, quien en su sano juicio pone a un muchacho que se apellida así ese nombre... pero es un niño muy inteligente y encantador que hará que se te derrita el corazón. Y los demás personajes con sus encantadoras locuras y excentricidades complementan un libro que es toda una escena de entradas y salidas, pero que siempre nos deja una sonrisa y el valor de la amistad, del amor y de la felicidad.

Es de esos libros que te hacen querer tener un lugar así, conocer unas personas como estas y quedarte un poco vacío cuando lo terminas, porque no quieres terminar el libro y olvidarte de estos personajes.

Ha sido todo un acierto el dejar este libro para empezar las lecturas navideñas.

Un libro mágico lleno de ternura con unos personajes que te rozaran el alma. Desde el señor Livingstone, un librero londinense algo gruñón pero con un corazón de oro, pasando por Agnes, la joven española que va a Londres en busca de oportunidades laborales pero que por obra del destino termina trabajando en la librería del señor Livingstone quien ve en ella una esencia especial, igual que el pequeño Oliver, el cual te atrapa al corazón sólo con conocerlo.

Nombraría uno por uno todos los personajes pero todos ellos tienen una esencia especial que hacen que esta novela sea mágicamente
única.

Si buscas una lectura ligera para estas navidades, que te haga volar y te deje una gran sensación de dulzura, no lo dudes y embarcate en esta aventura.

Hoy, os traigo una "unpopular" opinión. No hay cosas que me den más rabia que tener que dejar un libro a medias, y este ha sido el caso. Me hice con él por la cantidad de buenas críticas que tiene, y por haber sido catalogado como un libro feel good...
Me pareció un libro plano, aburrido y con unos personajes nada creíbles. Previsible y lleno de citas metidas con calzador. Se me hizo pesado y no encontré ninguna motivación entre sus páginas, por lo que decidí no acabar de leerlo.

Este libro te transporta a Londres (aunque no he estado, las descripciones y los lugares mencionados hacen que te metas en el libro y viajes a Londres).

Me ha encantado la de menciones a libros y autores que se hacen en el libro.

Adoro como hay veces que se comparan a los personajes con descripciones literarias (Agnes nuestra hada 🧚).

Los personajes tienen sus personalidades marcadas y eso me encanta, el señor Livingstone es maravilloso.

También hay romance pero no quiero hacer mucho spoiler.

Oliver Twist es adorable (entenderéis por qué se llama así si leéis el libro).

Es un libro acogedor y muy de otoño/ invierno.