Quiero un oasis como Moonlight books. Quiero un señor Livingstone que nombre a Tolkien, a Prévot, a Ovidio y a Shakespeare (y a Tucídides cuando está nervioso). Un Oliver Twist enamorado del universo, porque para los que aman el tiempo es eternidad. Cerca del impacto de las palabras de Sioban. La esperanza y optimismo de Jasmine. A Milly y Prue haciendo salsa de naranja y ciruela porque es perfecta para combatir los malos presagios -y la melancolía-. Y quiero cerca una Agnes que nos recuerde “lo bonito que son los libros feelgood, donde siempre hay un final feliz, porque ¿de qué otra forma podría compensarse a los lectores por todos los problemas y las malas noticias con los que lidian a diario fuera de sus libros?” Enormemente recomendado, cómo dice la autora, para aquellos que han sentido alguna vez que la literatura los salvaba. (Y para los que no también. Para todos) |