Cuéntame una noctalia

Hay muchos blogueros y blogueras que han dado el salto a la literatura; yo creo que todos los que decidimos abrir un blog literario, sea del tipo que sea, tenemos alma de escritores, sentimos la necesidad de plasmar por escrito lo que nos bulle en la cabeza, y compartirlo a nuestra manera, con nuestro propio estilo, con nuestra impronta. Unos nos quedamos en las reseñas, en opinar sobre libros ajenos, y otros deciden cruzar la barrera e ir a por el primo grande, la novela. Y sinceramente creo que según vemos escribir a una persona en su blog nos podemos hacer una idea de la calidad de lo que nos vamos a encontrar en su obra. Para bien o para mal.

Algo así me ha pasado con Mónica. Leerla en su blog, Serendipia, es un lujo. Por la forma de expresarse, por su estilo (muy personal, muy distintivo, adictivo) a la hora de hablar sobre aquellos libros que le marcan de un modo u otro... por lo que desprende cuando escribe. Y porque, debo reconocerlo, tenemos gustos muy, muy similares en cuanto a literatura. Así que, aunque pueda parecer raro, me puse a leerla con tranquilidad, con confianza. Sabía que me iba a gustar.

Y una vez terminado este su primer libro, Cuéntame una noctalia, lo de "gustar" se queda corto. Me ha encantado. Estamos en Mic-Napoca, en Transilvania, donde la estela de Vlad el Empalador persiste y los mapas miran hacia otro lado. Donde las gentes están forjadas a base de mucho trabajo y un corazón enorme. Y sin remedio me he enamorado de la familia Bratianu. de ese abuelo sabio como los años que arrastra y los libros que cuelgan constantemente de sus manos; de esa abuela matriarca que, desde ese segundo plano en el que se esconde tras la arrolladora personalidad de su marido, es quien realmente lo cohesiona todo; de ese pequeño Nicolai, extensión de Grace, la protagonista, con sus besos pegajosos y su pelo rubio como un campo de espigas.

Mónica escribe bonito, sosegado, cálido, cercano. Nos deleita con una suerte de cuento navideño para adultos (¿por qué se me iba la cabeza al Chocolat de Joanne Harris en cuanto me descuidaba?), con esa magia que da la nieve, el calor del hogar, la felicidad inesperada, el amor de la familia, el descubrir que hay ciertas raíces que no se cortan, simplemente están a la espera de que poses tus pies de nuevo sobre ellas. Sonreía sin remedio con el comienzo de cada capítulo desde el pajar de Georghe, con cada referencia a un clásico que la autora nos regala de la mano de Traian y su biblioteca... sonreía porque sí, porque es un libro que te hace sonreír y te deja satisfacción en el alma.

Y sí, hay historia de amor... que reconozco que a mí en cierto modo me ha resultado secundaria. Esta es la historia de Grace. de Grace y sus defectos, sus virtudes, sus miedos, sus recuerdos. de Grace y su familia. de Grace y su reencuentro con lo que realmente le hace feliz en la vida. de Grace y su regreso al lugar que la distancia le ha hecho valorar en su justa medida. de Grace y, en última instancia, la oportunidad que el destino le ofrece en forma de diablo marine. Pero antes de este hombre de ojos penetrantes y silueta gigante está todo lo demás, porque todo eso es lo que realmente da personalidad y vida a esta historia. Lo que le da magia y te empuja a pasar página tras página.

Cuéntame una noctalia dura lo que dura; no le sobra una letra ni tampoco le falta. Cuenta lo que quiere contar sin alargar en busca de páginas vanas. La historia avanza con una naturalidad y una calidad sorprendentes para una primera novela. Te interesa esa familia. Adoras a esa familia. Quieres conocerlos más a fondo, sentarte junto a ellos a la mesa, arrodillarte a los pies de Traian con una taza de chocolate en la mano. Y quieres perderte por las calles de Mic-Napoca, si es que tienes la fortuna de encontrarla. Esperaba que me gustase el libro, y me ha gustado mucho más de lo que esperaba. No sé si lo he dejado claro a estas alturas.

Voy poniendo fin, que empiezo y no paro, quejándome de la única pega que tiene este libro... ¡¡no puedo tenerlo en la estantería!! Tiene una cubierta TAN bonita como la historia que contiene, y no poder comprarlo en papel me duele mucho, mucho, mucho...

Muy pronto compartiremos con vosotros una entrevista con la autora, pero antes estoy leyendo su segunda novela, Un hotel en ninguna parte, en la que su cambio de registro y de narración dan una idea de cómo Mónica huye de lo cómodo y no tiene miedo de tantear nuevos terrenos en su obra. Volveré pronto con su reseña.
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