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Ricardo Guasco es un talentoso artista italiano cuyas obras se convierten en impresionantes ilustraciones que parecen cobrar vida. Es conocido en el mundo del arte no solo por sus composiciones, indudablemente vanguardistas, sino también por su gran labor mediática al crear obras para carteles publicitarios como la conocida marca Martini, sellos o portadas de revistas italianas. En este libro, Ricky como también es conocido, recopila su arte para darlo a conocer al mundo. Sus pinturas son contemporáneas basadas en el arte clásico. Las dos grandes corrientes artísticas en las que se fundamenta son el cubismo y el constructivismo. Pintores como Piccaso, Depero y Fenninger forma parte de su gran influencia e inspiración. Las técnicas más usadas por este italiano para la composición de sus pinturas son el trabajo de líneas y el uso de una paleta de colores reducidas y contemporáneas. El estilo del autor es completamente innovador y vanguardista. Denota en sus producciones su propia forma de expresión, aunando lo clásico con la era digital. de modo que algunas de sus obras son capaces de cobrar vida gracias a un dispositivo con una aplicación adecuada. La edición de “¡Qué obra maestra!” es espectacular, de grandes dimensiones, láminas a todo color en tonos mate y hojas gruesas y resistentes. No contiene textos, lo que otorga libertad al lector para interpretar la obra. Se basa en la recopilación de una serie de catorce láminas a todo color en las que combina varios cuadros, fragmentos o esculturas de artistas europeos muy reconocidos. A esta composición le añade un toque infantil al usar cada lámina como un ambiente en el que se desenvuelve la rutina de un niño, desde que se despierta por la mañana en la habitación de van Gogh con el sonido de los relojes de Dalí y llega a la escuela atravesando “La primavera” de Botticelli. Al final del libro, se encuentran las catorce ilustraciones recogidas con una propuesta para explicarlas, así como la identificación de cada una de ellas con su titulo y autor. del mismo modo, aparecen unas páginas interactivas en donde el lector podrá jugar en un test a adivinar a qué obra pertenece el fragmento indicado. Otra de las actividades lúdicas incluidas es la invitación a plasmar una recreación personal inspirada en el libro y convertirse así en un artista. Algunos de los autores cuyas obras aparecen en el libro son; Klee, Dali, Botticelli, van Gogh, Piccaso, Duchamp, Munch o Magritte. Sin duda, es un buen recurso didáctico para todas las edades. Desde la presentación de las obras y acercamiento al arte en los niños del segundo ciclo de Educación Infantil hasta un estudio más detallado y exhaustivo de las ilustraciones en alumnos de Educación Secundaria Obligatoria. La edición se presta a cualquier uso que el educador quiera darle dada su ausencia de indicaciones y directrices para trabajarlo. Personalmente me han encantado las láminas y cada detalle puesto en ellas, de tal forma que si las observas con atención descubres infinidad de elementos representativos en cada una de ellas. Si hay algo negativo que debo mencionar es la ausencia de referencias o apariciones de más artistas femeninas ya que solo aparece la escultora Niki de Saint Phalle. Lo recomiendo muchísimo para todos los públicos ya que es una forma divertida de instruir y acercar al lector al mundo del arte, del mismo modo que lo impulsa a descubrir, imaginar e innovar en cada una de las producciones de su día a día desarrollando así las inteligencias espacial y interpersonal, denominadas por Gardner, dentro de las inteligencias múltiples. |
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