«Desayuno con diamantes» y los tres relatos que conforman esta edición, han sido mi primer contacto con su autor y me han provocado de todo menos indiferencia. Si queréis una bomba, fácil de leer pero que os remueva, os haga cuestionaros y desconfiar, entregaros a la narración con todo y amarlo y odiarlo a la vez: Truman Capote es vuestro hombre [3]. Creo que Audrey Hepburn con sus oscuras gafas de sol, su vestido negro ceñido y su gato sin nombre es de los personajes más icónicos y más amados del cine [2]. Cual fue mi sorpresa al comenzar a leerlo y ver que, aquel personaje que yo recordaba de ver la película de niña. como el epítome de la elegancia y de la libertad, aparecía en las primeras páginas como la perfecta encarnación de la «maniac pixie dream girl». Es decir, del arquetipo de personaje femenino, narrado desde el «male gaze» [4] joven, alocada e irresponsable que más sirve para ser salvada y así impulsar el desarrollo de algún personaje masculino sin que su desarrollo importe demasiado. Como decía, esto fue las primeras páginas porque a golpe de diálogos inteligentísimos y de frases para enmarcar (Holly hasta menciona «Cumbres borrascosas»), se contruye un personaje que, sin salvarse por completo de algunos estereotipos, es tridimensional y si tiene su propio desarrollo. La novela es más oscura que la película, Holly tiene 19 años, no 34 como Hepburn cuando la interpreto, y es, de forma mucho más evidente que en la versión cinematográfica, una escort metida en problemas complicados. Además, la relación de los protagonistas no cae en el enamoramiento fácil sino que tiene más complejidad. Al final me ha encantado y me parece increíble conseguir tanto en tan pocas páginas, qué barbaridad. ¿Cómo proseguir con los tres relatos? Lo cierto es que no pueden ser más dispares entre si… «La casa de las flores» es espeluznante y desagradable, contiene una reflexión interesante, pero para mi gusto es demasiado sórdido. Además yo estaba con mi croissant en Tiffany's y de repente está bofetada de texto, no me sento muy bien... «La guitarra de diamantes» me gustó bastante y me recordó un poco a los relatos de James Joyce. El último, «Recuerdo de navidad» es un caramelito y se coloca ya entre mis relatos favoritisimos de la vida. + Leer más |