Los Guardianes presenta a Cullen Post, un abogado y pastor episcolapiano (una combinación llamativa, desde luego) que se encarga de ir por todos los Estados del país exonerando a convictos inocentes gracias al Ministerio de Los Guardianes una asociación sin ánimo de lucro y en el que Post es un abogado (el único dentro del Ministerio) voluntario. A través de Post, quien narras los hechos, los lectores conocemos a los convictos que el abogado defiende: Gente con nombre y apellidos, con un pasado como el de cualquier otro y también somos testigos de cómo el sistema judicial americano los acusa por un crimen que no cometieron. Una barbaridad. La narrativa y el estilo son impecables. El autor narra con un vocabulario judicial que el lector, aunque no sea un experto en el tema, puede entenderlo e incluso interesarse por el mundo de los abogados y el mismo sistema judicial, como me pasó a mí. Los personajes están bien definidos no así del todo en su forma física, sí en cuanto a su personalidad o su manera de moverse dentro de la historia. Los temas que aborda en autor son muy buenos, desde asesinato por encargo hasta entrar en una casa embrujada y aún quedan más por descubrir en la historia. Los Guardianes es el primer libro que leo de John Grisham y me gustó mucho: la ambientación en cada cárcel en la que aparece Post, las idas y venidas de él y su equipo, los problemas a los que se tiene que enfrentar fueron muy buen aliciente para seguir leyendo hasta el final. |