Los escarabajos vuelan al atardecer

Cuando tres amigos aceptan cuidar, durante las vacaciones de verano, las plantas de la quinta Selanderschen en ausencia de la señora Göransson, son completamente ignorantes de la aventura que van a acabar viviendo. David Stendfält y los hermanos Annika y Jonás Berglund son amigos y residentes en Ryngaryd, Suecia, el más pequeño de ellos, Jonás, acaba de cumplir trece años, le han regalado un magnetófono y decide grabar todas las impresiones diarias, cosas importantes y otras que no lo son tanto. A pesar de su corta edad revelará unas dotes únicas para desentrañar misterios, algo que les va a venir muy bien cuando empiecen a pasar cosas extrañas en la finca.

Unas cartas de amor que datan del siglo XVIII y que desvelan las relaciones entre Andreas Wiik, discípulo de Linneo, y Emilie Selander llevarán al descubrimiento, no solo de una relación prohibida (chico pobre - niña rica) también de la existencia de una pieza arqueológica procedente de Egipto que Andreas ha conseguido en uno de los viajes programados por su maestro a lo largo del mundo. Un embarazo, una desaparición, la presencia de escarabajos que parecen indicar el camino a seguir, una fascinante planta que parece sentir y comunicarse con los que viven en la casa, una curiosa partida de ajedrez, y hasta un asesinato completan esta estupenda novela que posee una calidad notable y que su quincuagésima sexta edición del año 2011 (edición que he leído, desconozco si hay más) dan buena prueba de ello. de hecho, desde el año 1983 aparece en la lista de libros recomendados para la enseñanza...por algo será. Y es que la buena literatura no pasa de moda nunca.

Trepidante, entretenida, ingeniosa, con personajes muy bien formados (sensibles, reivindicativos, soñadores, autosuficientes) que ofrecen perlas feministas (la novela está escrita en los setenta del pasado siglo) de la encantadora Annika, momentos gloriosamente divertidos de su hermano Jonás, y una imagen caballeresca, sensible y atractiva de David. Perfiles que bien pueden recordar a los personajes de época que descubren, a los que el tiempo y la investigación terminan uniendo.

Carl Nilsson Linnaeus (Carlos Linneo) fue un científico, naturalista y botánico sueco al que debemos la clasificación de los animales en géneros y familias, lo que conocemos como taxonomía.
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