InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Fesaro


Fesaro
14 December 2018
Ciertos libros no puede uno dejarlos pasar, contienen temas que si bien no agradables, nos vienen a contar historias que nos tocan muy de cerca, aunque la hipocresía que muchas veces occidente impone a estas cuestiones nos cierre los ojos. Estos libros son necesarios, nos despiertan de nuestro letargo y aunque suene a utopía con algo de palabrería, siembran semillas para cambiar el mundo a mejor, que al fin y al cabo, eso es uno de los propósitos de la palabra, de la literatura y de los libros.

Hay libros con los que uno lo pasa mal, son duros y te golpean certeramente en la línea de flotación del equilibrio emocional. En malas épocas huyo de ellos, porque mi ánimo me lo desaconseja evitando males mayores a mi actitud con la que afrontar la vida. Podemos decir que en esta ocasión su portada me atrajo desde el primer momento y me perseguía por los blogs que visitaba y a su vez creo que este libro me buscaba a mi también, incluso llamó varias veces a la puerta de casa, hasta que de forma casual le abrí y le he hecho un hueco en las estanterías del salón, verlo allí, me reconforta, me calma y me sirve de llamada de atención, lo quiero donde pueda verlo a menudo y que me recuerde lo afortunado que soy.

Con un estilo de narración muy original todo hay que decirlo, el autor construirá una historia de Iqbal Masih donde las personas que lo conocieron desde pequeño, hablaran sobre la vida de nuestro protagonista siempre desde el aspecto que ellos conocieron y las anécdotas que vivieron con él. Como si de una entrevista imaginaria se tratase, veremos su nacimiento, el momento de su llegada al taller de alfombras, sus primeros actos de rebelión, la salida del taller y su transformación en un niño que asombraba a propios y extraños con sus ideas y su manera de expresar su opinión.

Lleno de citas como “las alas no te llevan a ningún sitio sino eres tu quien las mueves” (página 19), serán como si tuviéramos esas mismas alas, las que a vista de pájaro, nos llevará de forma vertiginosa por una lectura que se hace ágil, amena, gracias a sus capítulos cortos, exprimirán lo esencial, la idea con la que nos tenemos que quedar para tener constancia de lo que el libro quiere mostrarnos.
Conoceremos el Paishgee , en realidad todo gira en torno a eso, un sistema de préstamo por el cual los padres a cambio de un dinero que usaran en alguna necesidad familiar, dejaran a sus hijos una cantidad de años como fianza y forma de pagar con su trabajo ese préstamo. Lo peor es cuando para poder dar de comer a un hijo tuyo tienes que alquilarlo.

Por todo ello cuesta trabajo asumir los sentimientos que puede desencadenar una situación así pero atisbando que incluso se crean sus propios engaños para vivir de esa manera “mejor trabajar explotados que ir a la escuela” o “No supo reconocer su posición en la sociedad” convierten a verdaderas atrocidades en algo tan natural como es haberlo vivido siempre.

Con el paso de las páginas fui comprendiendo un poco más el título, del mismo modo que poco a poco vamos conociendo a Iqbal y se hace difícil que a medida que avanzan los capítulos no sientas admiración por un niño que siendo tan pequeño luchó por cumplir el sueño de ser libre, intentando cambiar lo que muchos veían como normal, siendo una autentica injusticia.

“La confianza se adquiere cuando uno trata a los demás como le gustaría que lo tratarán a él. Y entonces descubres que ellos empiezan a hacer lo mismo. Entonces ya puedes confiar”. (Página 145).

Un libro que si bien es triste, nos resultará paradójico que sea el propio Iqbal quien con sus ocurrencias y comentarios nos robe alguna que otra sonrisa. Triste que alguien diga que no sabe lo que significa la palabra felicidad.

“Sólo podemos ser felices si lo somos todos, solo seremos libres si todos los somos”

Todo esto me ha llevado a momentos en los que he tenido que cerrar el libro y ponerme a meditar sobre lo que acababa de leer, no vemos muchas veces lo que hay detrás de ciertas compras en las cuales con gran satisfacción nos vanagloriamos de ahorrarnos unos céntimos que tal vez se consiguen gracias a la explotación de los niños. He sentido impotencia y a la vez alivio, con vergüenza de pensar que he tenido suerte de no ser yo uno de esos niños que trabajan en esas fabricas. al menos espero que ese sufrimiento de muchos sirva para cambiarnos a otros y que no cerremos los ojos ante cosas así. Hacen falta más libros como el de Miguel para no olvidar que estas cosas en los tiempos en los que vivimos aún existen y que Iqbal no sea sólo el sacrificio de un momento sino que su gesta se prolongue en el tiempo y sirva de senda para que otros la sigan.

Un libro interesante, que refleja la cruda realidad, desde un punto de vista ameno y que sin llevarnos por descripciones sórdidas, sirve para abrirnos los ojos de forma muy natural.
Enlace: http://librosenelpetate.blog..
Comentar  Me gusta         20



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(2)ver más