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Como la mayoría de cuentos de los hermanos Grimm, "Cenicienta" narra una historia corta envuelta en lo fantástico e irreverente. La protagonista, Cenicienta, es una chica joven cuyo padre se casa con una mujer que será la madrastra de la misma. Convirtiendo así sus dos hijas en hermanastras de Cenicienta. Contraria a la versión endulzada conocida por muchos, más parecida a la versión de Perrault (siglo XVII) con un hada madrina y la humilde calabaza que se transforma en una aparatosa carroza, esta versión es mucho más oscura. Por otro lado, sin duda alguna se trata de un cuento machista dónde las mujeres tienen que ser vistas como hermosas y buenas para ser queridas por un hombre, en este caso un príncipe. Este príncipe danza con Cenicienta durante horas, más de dos días y aun así es incapaz de recordar su rostro, pues ha de recurrir a un zapato para saber quién es la chica con la que se quiere casar tras unos días de baile. Insólito. Hay que tener en cuenta que la obra pertenece al siglo XIX, en el que las mujeres eran vistas como un complemento humano. Personalmente, los cuentos narrados por los hermanos Grimm me parecen clásicos preciosos con un toque de maldad grosera, que le da ese toque propio muy suyo. Así que, finalmente, no puedo no recomendar este clásico a todo el mundo, a excepción de los más jóvenes por el grado de violencia inesperado en un llamado "cuento infantil". |
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Crítica de Mel
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