Me ha parecido una novela, a grosso modo, extraña. Me enganchó desde el principio pero me imaginaba que iba a discurrir de otra manera. En esta historia nos encontramos con Mark y Steph, un matrimonio que ha pasado por una situación traumática, y es por ello que deciden hacer un viaje a París para ver si poniendo distancia pueden superar lo que les pasó. No obstante, cuando llegan a París se encuentran con que el apartamento que debía ser cuco y acogedor es uno en ruinas y con bastantes fantasmas. Está contada desde las dos perspectivas de nuestros protagonistas pero durante sus páginas viajamos entre el presente y flashbacks que a veces me han resultado difíciles de seguir. La conclusión final me ha decepcionado un poco porque me ha dejado con bastantes más incógnitas que al principio, así que si me preguntáis si lo recomiendo no sé muy bien qué decir. |