¿Qué voy a hacer? —se preguntó—. Hasta ahora ha sido todo bastante interesante, pero no puedo continuar dedicándome a bailar y a dilapidar mi vida. Supongo que podré batir un récord en las competiciones aéreas con el nuevo Avro... o unirme a la señorita May Cunliffe en las carreras del nuevo Lagonda... o aprender abisinio... o aficionarme a la ginebra... o criar caballos... No sé, todo me parece muy soso. Bueno, procuraré ser una una perfecta dama detective en Melbourne, lo cual parece suficientemente difícil, y puede que se me ocurra algo. Si no, todavía llego a la temporada de esquí. Al final, igual me divierto.