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Nueva York, 1895. Nuestra protagonista Amelia Butterworth, es una dama de buena familia que vive sola. Educada y discreta pero como su vida bastante monótona, no puede evitar el cotillear para saber todo lo que sucede a su alrededor. Una noche, oye un ruido a las puertas de la mansión vecina, Gramercy Park. Su curiosidad la lleva a espiar a través de la ventana de su dormitorio. Una pareja entra en la casa, cuyos dueños, la familia Burmam están fuera. Al día siguiente, al no observar movimiento en la casa, busca a un policía. al entrar encuentran en el salón una mujer muerta. A partir de ese momento la cabeza de Amelia empieza a especular: quien es la muerta, quienes eran la pareja de la noche anterior, si ha sido accidente, suicidio o asesinato…. La autora crea una novela con un ritmo ágil, que nos mantendrá intrigados mientras intentamos resolver el misterio, cosa que desde luego no es nada fácil. al menos en mi caso, ya que ni acerté con el culpable, pese a haber hecho miles de cábalas, ni mucho menos con el motivo. Los personajes están muy bien creados y definidos y representan a la perfección la época en la que trascurre la novela. Por un lado, tenemos a nuestra protagonista, una mujer de mediana edad independiente, adinerada y soltera por decisión propia que se toma como un reto personal el descubrir la verdad. Es inteligente y perspicaz, con grandes dotes de observación, pero también algo impertinente, molesta, pesada y chismosa. Con ingeniosas argucias va haciendo grandes descubrimientos a la vez que giros inesperados le harán, y nos harán al lector, replantearnos tanto las pistas como las teorías que podamos hacer. Es una persona que con su virtudes y defectos, cala hondo en el lector. Como antagonista, tenemos al detective a cargo del caso, el señor Gryce. Es un hombre de cierta edad, experimentado investigador, que no se toma muy en serio a la señorita Butterworth. al contrario la ve como una molestia. Desde el momento en que nuestra protagonista se entrometa en la investigación porque considera que la labor de la policía es inútil y desacertada, se iniciara un enfrentamiento entre ambos lleno de teorías y situaciones divertidas, sobre todo cuando intenta sonsacarle información que ella necesita para su propia investigación. Lo que más me ha gustado es como Amelia, al narrar toda la aventura en primera persona y dirigirse directamente al lector, nos involucra en la investigación,creando nuestras teorías, pero como también el detective investiga por su cuenta, cuando ponen en común sus avances, todos debemos eliminar suposiciones, encajar nuevos datos, e intentar encajar dentro nuevo las piezas del puzle. La ambientación con su descripciones nos permitirá recorrer las calles de un Nueva York de finales del siglo XIX con sus contrastes, a la vez que nos ofrece un magnífico retrato de la sociedad de la época, las costumbres y hasta de la moda. Una lectura muy entretenida con una trama compleja, llena de intriga que te mantiene en vilo desde la primera página. Una novela clásica, recomendable si eres amante del misterio, de los detectives y del enigma de época. Destacar la cuidada edición de dEpoca Editorial, con unas ilustraciones preciosas, un punto de lectura en tela, y un prólogo que lo convierte en una joya para los amantes de los libros. + Leer más |
Si pensamos en escritoras pioneras de la novela policíaca, la primera que nos viene a la mente es Agatha Christie. Pero una de las fuentes de la que bebió esta escritora fue de la literatura de la casi olvidada Anna K. Green.
Ana Ballabriga nos acerca la historia de esta mujer que creó el arquetipo de la ancianita investigadora (que luego retomaría Agatha Christie para caracterizar a Miss Marple), que sentó las características del detective clásico (que inspiraría a Conan Doyle) y que dio nombre al género detectivesco.
