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Críticas sobre Yo, Claudio (15)
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smartinez143
 09 September 2023
"Yo, Claudio" es una novela escrita por Robert Graves y publicada en el año 1934. Hubo una mini-serie inspirada en ella.
Creía que el género histórico no era lo mío, pero me he encontrado con grandes novelas de este tipo, como "La trilogía de Trajano", " El sanador de caballos", "El hereje", " Sinuhé el egipcio "y esta que voy a reseñar, entre otras.
Uno de los aciertos de la novela es la elección del narrador, ya que es contada en primera persona por el mismísimo emperador Claudio, que nos explica las vicisitudes por las que pasaron sus familiares, pertenecientes a la dinastía Julio-Claudia. En la novela se tratan los reinados de tres emperadores: Augusto, Tiberio y Calígula.
Uno de los principales temas de esta obra es la contraposición entre la época de la República, en la que supuestamente gobernaban hombres virtuosos, y la época de la monarquía, que se caracterizaba por los asesinatos de los emperadores hacia sus enemigos o los que suponían algún obstáculo para ellos, incluyendo hijos y nietos;así como por la corrupción política, social, sexual, etc. La monarquía derivaba hacia la tiranía, como ocurrió durante los reinados de Tiberio y Calígula.
Me ha gustado mucho la novela, aunque me ha asqueado la podredumbre reinante. Los personajes están bien caracterizados. Destaca el de Claudio, que era tartamudo, cojo y según algunos, tonto. Esto último no lo era, aunque a veces lo simulaba para sobrevivir, o Livia, la esposa de Augusto, que era la verdadera gobernante en la sombra.
La recomendaría a cualquiera, es emocionante y está muy bien escrita. Lo único que he echado en menos ha sido un árbol genealógico, porque hay muchos personajes. En breve leeré la continuación, "Claudio, el dios y su esposa Mesalina", a ver si es tan bueno como este.
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ange-gomezl
 12 October 2023
Yo , Claudio de Robert Graves ha sido uno de mis libros pendientes desde hace muchos años .
El libro Yo , Claudio a punto de desintegrarse y convertirse en polvo me estaba llamando a gritos , por fin ! le llegó su turno y ha sido una de mis mejores lecturas del año .

La historia la cuenta Claudio en los años finales de su vida .
Tiberio Claudio César Augusto Germánico era sobrino nieto materno de Augusto César , nieto de Livia Augusta ( última esposa de Augusto ) , sobrino de Tiberio y tio de Caligula .
Cuenta la vida romana durante el reinado de tres emperadores ( Augusto , Tiberio y Caligula ) . Expone los hechos en primera persona de los años imperiales de la dinastia Julio - Claudia , desde el asesinato de Julio Cesar hasta el asesinato de Caligula .

Despreciado por su familia por sus disminuciones fisicas , tartamudez , cojera , etc. se convierte en historiador .
Claudio a sabiendas de que todos los que eran una amenaza dentro de su familia eran asesinados , aprendió a exagerar sus defectos para poder sobrevivir .
Su ingenio y talento logró mantenerlo con vida y lo que nadie de su familia hubiese llegado a pensar consiguió llegar a emperador .
Un personaje que sobresale en esta historia es Livia abuela de Claudio. Su maldad no tiene limites , es capaz de asesinar a la mayoría de su familia sólo por retener el poder imperial .

El libro está muy bien escrito , con escasos dialógos .
Para no perderme entre tantos nombres tuve que tener a mano una libreta e incluso consultar en Google .

De las mejores novelas históricas que he leído sobre el Imperio Romano .
Si os gusta esta parte de la historia , esta es una novela imprescindible ! , La ecomiendo !!
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HumildeLector
 21 March 2023
Hace algún tiempo, Babelio pidió la opinión de algunos blogueros para diseñar una lista colectiva para coronar a la mejor novela histórica. No me costó mucho decidir mi voto. Sin dudarlo, elegí Yo Claudio (1934), la maravillosa creación de Robert Graves.

En aquel ranking la novela quedó en segunda posición, por detrás de Los pilares de la Tierra, aunque en mi corazón siempre estará en lo más alto del podio. Tanto es así que le he reservado el honor de protagonizar la reseña número 300 de Humilde Lector.

Robert Graves y yo

Ya advierto de entrada que no soy en absoluto imparcial a la hora de hablar de Robert Graves. Como muchos otros, yo conocí la serie de televisión de la BBC antes que la novela. Yo era sólo un niño entonces. Por suerte, después tuve la excelente idea de atreverme a tomar el libro en mis manos y disfrutar de esta maravilla.

Aquello me hizo caer en una suerte de fiebre «gravesiana». Las estanterías de mi casa se llenaron con muchas de sus obras, que leí y releí con fruición: dos viejos volúmenes de Los mitos griegos o La Diosa blanca, entre otras.

Graves pasó gran parte de su vida en Mallorca. Por razones de trabajo, voy mucho a Deià, el pueblo que eligió para pasar más de la mitad de su vida. Allí se encuentra la famosa Casa de Robert Graves, convertida hoy en museo, y la discreta tumba donde el escritor descansa, en ese pequeño y encantador cementerio con magníficas vistas al Mediterráneo, el mismo que él tanto adoró.

Ficción histórica, no un tratado de Historia

Yo, Claudio es una grandiosa novela histórica escrita en forma de autobiografía. Quien nos cuenta todo es el mismísimo emperador Claudio, ya en el ocaso de su existencia. Su relato, que se remonta a tiempos anteriores a su nacimiento y abarca los primeros años del Imperio Romano, es también el de su propia familia, la dinastía Julio-Claudia, un árbol (como él mismo la describe) que da frutos dulces y frutos amargos.

Se ha dicho en más de una ocasión que Graves fue un gran novelista, pero un mal historiador. Y es que la narrativa de esta novela es en gran parte ficticia, por mucho que esté basada en los textos de Suetonio y Tácito. No a todos los autores se les exige tanto como a él. Y eso que hay algunos nombres consagrados del género que han dado sonados patinazos. Por mi parte, ego absolvo a Robert Graves. Y tengo mis razones.

Por ejemplo: el hecho de que todos tenemos una imagen demasiado positiva de Claudio y, en cambio, una muy negativa de su abuela Livia no es por culpa de Graves. La responsabilidad no es suya, sino nuestra, por no leer Historia. Por otra parte, ¿hasta qué punto nos podemos fiar de la historiografía latina? Los Doce Césares de Suetonio, sin ir más lejos, es una obra que carece de rigor histórico. Se trata más bien de una recopilación de cotilleos, sin duda jugosos y entretenidos, pero cuya veracidad es, en muchos casos, cuestionable.

Un relato maravilloso

Lo mejor de Yo, Claudio es la forma en la que Graves nos presenta todo: los personajes, el escenario histórico, la trama… No solamente construyó un personaje eterno, sino que con su estilo sencillo y elegante nos descubrió una Roma que ha servido de modelo a muchos escritores posteriores que han cultivado este género.

Basta con echar un vistazo a sus primeras páginas para que el lector quede atrapado. Claudio rememora su visita a la Sibila, en Cumae, durante su juventud. Allí, la profetisa se burla cruelmente de su tartamudez, pero después le revela que en el futuro recibirá un regalo que todos codician menos él (el imperio) y le transmite una profecía inquietante: cuando pasen mil novecientos años, Claudio el tartamudo por fin hablará claro.

Claudio interpreta el mensaje de la Sibila a su manera y asume la misión de escribir la historia prohibida de su familia, que permanecerá oculta hasta que alguien, casi dos mil años más tarde, la saque por fin a la luz. Además, decide esribirla en griego, pues está seguro de que ese seguirá siendo el principal idioma literario del mundo cuando pasen dos milenios. ¿Cómo no caer enamorado esta novela después de leer algo así?
Enlace: https://humildelector.com/20..
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BethMW
 06 December 2022
Esta novela, así como el autor, Robert Graves, han sido de los mejores descubrientos de este año
Para aquellos que no conozcan al autor, esta es la novela más conocida y valora del autor, narrando acontecimientos importante de Roma.
La narración se desarrolla en primera persona, dotando a la obra de un caracter, a mi parecer, muy personal, nuestro narrador es Claudio, un emperador importante de Roma. Este personaje resulta muy curioso desde el inicio, se presenta con su nombre oficial, así como con los más conocidos, el tartamudo, el tonto o cla-cla-claudio.

Los sucesos del libro vienen a mostrar la consecución de emperadores en Roma, desde Julio César, (incluyendo fragmentos de los últimos instantes de este, Marco Antonio y Cleopatra) para continuar con el origen de su familia, su abuelo y como su abuela se casa con Augusto (Octavio). Desde aquí comienza a narrar la historia de los descendientes de cada uno, hilando de forma magistral las intrigas de palacio con los hechos de guerras.
Los emperadores posteriores no son un misterio, y se pueden buscar fácilmente, sin embargo la forma de narrar los hechos parecen ser auténticas escrituras de Claudio, y la forma o estructura narrativa de este libro te hace casi imposible el soltarlo. Sin apenas notar el transcurso de las horas las palabras fluyen de forma natural, envolviendote y dándote una experiencia maravillosa, esa fue mi percepcion.
No podría señalar ningún otro libro que tenga esta forma de atraparte, en cuanto a forma narrativa, ya que el contenido si puede ser más específico de algunos lectores.
Realmente es un libro que merece mucho la pena, la única parte que me resultó más pesada( sin dejar de ser fluida), fue la del emperador Calígula, y principalmente por las locuras que cometía, que por la narración.

Me está gustando mucho descubrir la historia romana con este autor y creo que todo amante del género histórico, más aún los que disfruten de esta época histórica, deben leer este libro.
También he leído (en cuanto a ambientacion romana) la biología de Julia Domna de Santiago Posteguillo.
¿Alguna recomendación de este estilo?


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miguaran
 21 January 2022
Una de las mejores novelas históricas jamás escritas, y en lo personal, uno de mis libros favoritos. Es uno de esos libros que recojo de mi biblioteca para releer mis pasajes preferidos. La historia comienza aproximadamente en el año 44 antes de Cristo, con el asesinato de César, y termina en el 37 después de Cristo, tras el asesinato del emperador Calígula. Robert Graves narra con gran habilidad y cuidado del detalle histórico todas las intimidades y políticas del Imperio Romano temprano. Claudio, un integrante de la dinastía reinante, es despreciado por sus defectos físicos, en una era en la que el ideal era ser fuerte, bello, guerrero... Claudio era todo lo contrario: intelectual, tartamudo, cojo de una pierna. Irónicamente, eso le termina salvando la vida, ya que nadie se plantea asesinarlo porque no es un candidato al trono. Claudio nos narra en una autobiografía su vida entera, con gran detalle describe los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula. La novela más conocida de Robert Graves, quien sin embargo, e irónicamente, la escribió porque tenía necesidades económicas. Puede ser difícil engancharse con la lectura en las primeras 50 páginas, pero luego uno no puede dejar de leer. Se recomienda tener un mínimo conocimiento de la sociedad romana de la época: es una novela histórica, lo que le sucede a muchos personajes ya es sabido y no constituye spoiler.
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benjaminpalomero_
 18 March 2024
No soy asiduo a la lectura de novelas históricas; no es un género que me apasione especialmente. Sin embargo, ésta en concreto me generaba altas expectativas debido a la buena crítica que acarrea. Y sin duda, las ha cumplido.
¡Qué novela! Desde la visión de Tiberio Claudio, Graves retrata con una prosa esmerada la situación del imperio romano durante la dinastía Julio-Claudia. Así nos hace conocedores de las artimañas políticas y sociales que se llevaban a cabo en aquella época. Nos presenta a Livia, su abuela, como un ser manipulador que gobernó desde la sombra manejando los movimientos de su marido Augusto, el verdadero emperador; a Tiberio, el sucesor de Augusto, fervorosamente odiado por el pueblo, y a Calígula, el último emperador antes de Claudio, abominable y sanguinario como pocos, quien sumió a Roma en una dictadura.
El contexto histórico es interesante y la forma en que Graves escribe acrecienta aún más dicho interés. al principio cuesta hacerse con los nombres y ubicar a todos los personajes, pero cuando se hace, la lectura fluye de forma vertiginosa para culminar en un final que da pie a la segunda parte de la serie.
Como observación, me ha perturbado la cantidad de suicidios que se efectuaban en aquel entonces.
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jjglezl
 25 November 2022
¿Qué se puede decir de esta obra que no se haya dicho ya? ¿Qué cada vez que se lee se le encuentran cosas nuevas y mejores? ¿Qué, y mira que he buscado, no he encontrado ninguna crítica mala sobre ella? ¿Qué en las manidas listas sobre las mejores novelas históricas de todos los tiempos siempre figura en los primeros lugares? ¿Qué aquí, en Babelio, figura con 83 lectores y 9 críticas, ninguna de ellas negativa? Muy interesante la crítica de "cebazzano", por cierto. Todo lo que se diga es poco.

"Yo, Claudio" es una obra maestra, que Robert Graves publicó en 1934 y que, por cierto, fue escrita en Deià, Mallorca, isla que abandonó en 1936 por la Guerra Civil, pero en la que llevaba viviendo desde 1929. Regresó en 1946 y en ella continuó hasta su muerte en 1985, a los noventa años de edad. Graves está enterrado en el cementerio de Deià. Su casa se ha convertido en un museo y es lugar de peregrinaje de los amantes de su obra. Santiago Posteguillo, la visitó hace algunos años. Recuerda que sintió una emoción especial cuando le permitieron sentarse en el escritorio donde trabajaba Graves.

Robert Graves siempre se sintió más poeta que narrador. El único galardón que aceptó a lo largo de su vida fue la Medalla de Oro de Poesía que le otorgó la Reina de Inglaterra en 1968. de hecho, "Yo, Claudio" fue escrito por razones económicas para poder evitar que le embargaran la casa.

"Yo, Claudio" se publicó por primera vez en 1934 y enseguida obtuvo reconocimiento literario en el mundo anglosajón. La obra fue premiada con la concesión del Premio James Tait Black de ese año. Su magnífica portada, una pintura representado al emperador Claudio fue realizada por el pintor inglés John Aldridge, que fue durante varios años vecino del poeta en Deià.

Al parecer, la primera edición en lengua castellana fue publicada en 1962 por la Editorial Siglo XX, de Buenos Aires, Argentina. Y la primera en España data de 1978, de Alianza Editorial, que usó la misma traducción que se realizó para la edición Argentina, llevada a cabo por Floreal Mazía. Las portadas de estas nuevas ediciones no usaron el original de John Aldridge. Una pena.
Extraña mucho que la obra tardara 28 años en publicarse en castellano y más aún que a nuestro país no llegase hasta 44 años después de su publicación. Su explicación está en que en 1976 la BBC produjo una modélica serie televisiva basada en las novelas "Yo, Claudio" y "Claudio el dios y su esposa Mesalina". A España la serie llegó en octubre de 1978, dentro del espacio de moda por entonces Grandes Relatos. (Capitanes y Reyes, Raíces, Holocausto, Hombre rico, hombre pobre, Poldark, La Barraca, Fortunata y Jacinta, Los Gozos y las Sombras, etc.).
"Yo, Claudio", por lo tanto, fue descubierto en España por la televisión y creó a sus lectores y fieles seguidores del autor, que no fueron pocos. A partir de entonces las reediciones no han cesado.

Por último, decir que "Yo Claudio" es todo un best seller. Un best seller bien escrito y, aunque el propio autor comentó que su escritura le dio mucho trabajo, parece escrita de un tirón, de manera simple, sin dificultad. Una obra genial.
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cebazzano
 15 November 2018
"Al fin y al cabo no existe la historia; no hay más que la descripción de la vida." (Ralph Waldo Emerson).

Pocas veces me encontré con un libro que me haya apasionado tanto como esta magnífica obra de Robert Graves que he tenido el gusto y el placer de leer, lo que resulta inaceptable es que este maravilloso libro haya quedado tanto tiempo relegado en mi estantería sin que le prestara la atención que se merece. Desde siempre, cuando escuchaba hablar de ficción histórica (o novela histórica) recuerdo haber oído hablar sobre un Señor Libro titulado Yo, Claudio, que era, según decían un deleite. Lo encontré en una librería, lo compré y ahí quedó olvidado en mi estantería, hasta que este año impulsado por el disfrute que me produjo la lectura de la novela Juliano el Apóstata de Gore Vidal, libro que el mismo autor reconoce estar escrito tomando como referencia al de Robert Graves, resolví desempolvarlo y leerlo. No pude haber tomado una mejor decisión al respecto.

En esta magnífica novela Robert Graves nos traslada a la primera época del Imperio Romano, si bien el inicios de la época imperial ya han pasado, estamos en el germen de aquello que llegó a ser el mismo con posterioridad. Claudio, relegado por la familia a un segundo plano a causa de su cojera y su tartamudeo, se toma el trabajo de contarnos su vida, desde su nacimiento hasta el momento en que, inesperadamente, es elevado al trono imperial. Robert Graves se sirve así de una voz autorizada, al tratarse de un testigo de primera mano, para relatarnos los avatares y pormenores de los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula, relatándonos tanto la situación general y política del imperio (a veces con demasiados detalles), los pormenores de la vida doméstica y sus quehaceres personales.

En este punto debo señalar que no han de confundirse las cosas. Esta es una novela no una obra histórica, pero ello no impidió a Robert Graves documentarse exhaustivamente para escribir tanto esta obra como su secuela, por ello debe entenderse que ciertos hechos pudieran ser ficticios. En puridad, salvo por las crónicas que han sobrevivido de ese tiempo, no tenemos forma de conocer muchas cosas, imagínense si ya resulta difícil la escritura de un libro bien documentado sobre eventos ocurridos cincuenta años atrás cuanto más lo será respecto a una época tan remota como la del Imperio Romano. Así pues, el diario del emperador Claudio, es en realidad una construcción maravillosa derivada de la imaginación portentosa de Robert Graves y del hábil trabajo de documentación que éste realizó.

Aunado a lo expuesto al final del párrafo anterior he de decir que, si bien esta es una obra de ficción y muchos hechos pueden ser ficticios, el autor nos los relata con altas dosis de realismo, ya que mucho de lo expuesto ha sido corroborado en otras excelentes obras de no ficción, como la biografía de Augusto escrita por Anthony Everitt (Augusto: el primer emperador, reseña aquí), como ser por ejemplo, el divorcio de Tiberio y Vipsania y el hecho de que éste siguiera enamorado de la misma mucho después de su divorcio y el exilio voluntario de éste.

Resulta extraordinaria la habilidad de Graves para trabajar con datos históricos y sobreponerlos a los ficticios, para trabajar el carácter y la complejidad de cada personaje (si bien ya contaba con apoyo de obras históricas para tal menester) y, por sobre todo, para relatar evento tras evento en un libro de casi 600 páginas sin abrumar con la cantidad de datos, ni aburrir tan solo un instante. Ciertamente loor a quien loor se merese: Robert Graves fue portento.

Por otra parte, la caracterización de Claudio es magnífica, su personalidad es tan rica, tan compleja, y todo ello está tan bien trabajado que incluso nosotros que vivimos 2000 años después, tras leer este libro podemos decir que conocemos a Claudio como quien lo ha tratado toda la vida. Más allá de la historia del Imperio Romano que se nos cuenta, considero que Claudio es un ejemplo de perseverancia y superación de las adversidades. Su cojera, su tartamudez, el desprecio de su familia que lo consideraba un ser abyecto, afectado de epilepsia, las burlas hacia su persona de parte de su propia madre cuando no era más que un niño, no le impidieron llegar a ser un estudiante brillante, un gran estadista, un buen estratega militar, y un emperador razonablemente bueno, las fuentes que he consultado le reconocen diversos logros al frente de la administración de un estado tan colosal como lo era el romano. Si dejamos de lado su azarosa vida privada (se casó en cuatro ocasiones), puede decirse que fue un buen gobernante, mejor que muchos de la actualidad.

En ciertas partes he de decir el libro se torna un tanto pesado y la lectura cansa un poquito, pero no me malentiendan, de ninguna manera resulta aburrida, sino que en partes pareciera como que estamos leyendo una antigua crónica repleta de detalles y nombres más que el relato de los hechos acontecidos, pero pienso que es parte de la riqueza de la obra. Como soy un romanófilo empedernido esta obra me permitió conocer más de cerca a un emperador del que siempre había oído hablar bien, ahora iré en busca de buenas obras de no ficción acerca del mismo a fin de profundizar dicho conocimiento.

Más allá de todo, es la primera vez que veo a un emperador romano retratado como un simple ser humano, olvidado, relegado, afectado de diversas taras y sin ese carácter todopoderoso con que la figura sería tratada a posteriori, Gore Vidal procede de manera similar con Juliano, pero el mismo exagera ciertas habilidades de su personaje, lo magnifica en ciertos puntos y da a entender que estaba destinado a reinar y por ello todos los caminos se le abrían. No sucedió eso con Claudio a quien su fama de "tonto" le evitó la muerte y llegó a emperador muy a su pesar. Por todo eso, empaticé con Claudio como no lo hice con ningún otro emperador.

¿Quieren conocer como era la vida cotidiana en los primeros tiempos del Imperio? Den una oportunidad a este libro y permitan que Robert Graves y Claudio los guíen en los entresijos del poder romano, conocerán de primera mano las conspiraciones, las tramas ocultas y todo aquello que sucedía de puertas para adentro. Si gustan de la novela histórica este libro, que ha venido a ser un verdadero clásico del siglo XX, es imprescindible.

Lectura altamente recomendada.
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Literannia
 19 September 2021
Robert Graves fue un escritor inglés. Nació en Wimbledon, participó en la Primera Guerra Mundial, publicó una autobiografía en los años 20, conocido principalmente por sus novelas históricas, también escribió poesía. Yo, Claudio y Claudio el dios y su esposa Mesalina se publicaron en 1934 y se convirtieron en un éxito, especialmente la primera parte.
Se retiró y murió en Deià, Mallorca.

Yo, Claudio es la supuesta biografía del emperador Claudio, quien se decide a dejar constancia de la historia de su familia. La narración va desde el reinado de Augusto hasta la muerte de Calígula, antecesor de Claudio.

Después de años de haberme peleado (y perdido) con el latín, no sé cómo ni por qué me dio por volver a la antigua Roma, y escogí Yo, Claudio para hacerlo. A ciegas y con mucha curiosidad, convencida de que sería libro de un solo fin de semana que me engulliría por completo y me dejaría con una resaca lectora importante.
Sí y no. Se quedó a medias. No fue el libro del mes y, definitivamente, no me lo leí en un fin de semana. Me resultó complicado leer del tirón, aunque sí es cierto que lo terminé en tres días leyéndome lo que no había leído hasta entonces. Más por voluntad que por otra cosa. Y, es que fue un libro que me costó, se me hizo bola a veces y me planteé en diferentes ocasiones si valía la pena seguir. Sí lo vale, pero cuesta.
Para empezar, los nombres. Múltiples personajes, algunos con nombres similares, otros solo son nombrados, pero ahí están. al hablar de su propia familia, Claudio lo hace desde esa intimidad, con la acción iniciada y dando por supuesto que el lector sabe quien es quien. Por eso me resistí a avanzar pero luego tiré sin mirar atrás y poco a poco fui ubicándome.
Las bodas y divorcios entre las diferentes ramas de la familia con la descendencia correspondiente tampoco ayudaron. Por esto, creo que tener un poco de croquis antes de empezar no es una mala idea.
Para continuar, el libro contiene mucha información fruto del importante trabajo de investigación de Robert Graves. Retrata el funcionamiento del imperio desde las ansias de poder de los más próximos al emperador, pasando por las envidias y pasiones hasta los conflictos bélicos que son muchos y variados y que fueron otro de los motivos de que me perdiera.
Y, para terminar, los personajes son piezas de ajedrez en manos de quien más manda, (en este caso Livia - mujer de Augusto -) y si no sirven a sus propósitos desaparecen. de ahí, que los asesinatos, divorcios, enemistades y barbaridades varias sean una constante de la que, a veces, necesitas levantar la cabeza y respirar.
A pesar de todo ello, se puede apreciar que el autor sabe perfectamente lo que está haciendo. Resucita a Claudio, consiguiendo convertirlo en un hombre cercano, con quien es fácil empatizar. No es un libro ligero, pero sí interesante que te transporta a un mirador privilegiado de la Roma de los primeros años de nuestro tiempo.

La sensación que me queda al terminarlo se parece bastante a la que me dejó Bearn o la casa de muñecas de Llorenç Villalonga. Un libro compacto, que me supuso un esfuerzo considerable pero que me alegré de terminar.





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Samarkanda
 28 September 2021
Esta novela de Robert Graves está considerada como una de las mejores sobre la antigua Roma y fue galardonada con el premio James Tait Black de ficción en 1936, premio que otorga la Universidad de Edimburgo durante el Festival Internacional del libro de dicha ciudad.

Nada más comenzar la lectura nos encontramos con unas notas del autor, de las que hablaré más adelante, para dar paso a la narración en sí misma y será Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico, más conocido por Claudio, quien nos narre en primera persona los acontecimientos que irán sucediendo a lo largo de las páginas. Así seremos testigos de hechos y personajes históricos, algunos bastante ficcionados desde mi punto de vista, que abarca desde el año 10 a.C. (año de nacimiento de Claudio) hasta el 41 d.C en el que es proclamo emperador.

Conoceremos a miembros de la dinastía Julio-Claudia como el emperador Augusto, Livia Drusila, a Tiberio, Julia, Germánico, Agripina, Calígula, Antonia la menor y Livila, entre otros y, como no podía ser de otro modo, al propio Claudio que fue despreciado por su propia familia por sus defectos físicos (cojeaba, tenía tendencia a tartamudear y su propia madre lo consideraba un monstruo) hasta el punto de considerarle no apto para desempeñar cargos públicos y, sin embargo, fue un historiador meticuloso.

Uno de los temas principales que se puede observar en Yo, Claudio –a parte de un importante repaso sobre la dinastía Julio-Claudia en la que hay desde confabulaciones, asesinatos, manipulación y un largo etcétera- es el conflicto entre la Roma imperial o la Roma republicana. Por un lado tenemos a Augusto y Claudio que defendían los valores y libertades de la república pese a la inestabilidad y las guerras civiles y, por otro, a Livia –tercera esposa del emperador Augusto- que defendía férreamente la forma imperial puesto que mantenía el orden y la paz. También se nos muestra las costumbres de la época, la cultura imperante pero, sobre todo, la religión y los dioses es otro punto que cobra relevancia así como la creencia en las profecías y los oráculos.

Una de las cosas que me llama la atención cuando leo una novela sobre la antigua Roma es el papel de la mujer; por lo general, quedan relegadas a un segundo plano y se limitan a decir que es la mujer, hija, madre de y suelen mostrarnos unos personajes bastante pasivos aunque, por suerte, cada vez hay más libros en los que se nos muestras personajes femeninos poderosos porque haberlos los hubo.

En Yo, Claudio el personaje femenino por excelencia es Livia Drusila pero Graves nos la muestra como un personaje frío y calculador que gobernó Roma a la sombra de Augusto y a la que no le tiembla el pulso a la hora de hacer lo que sea necesario para lograr que su hijo Tiberio se convierta en el próximo emperador tras la muerte de Augusto. Uno de los personajes más potentes e interesantes de todo el libro, desde mi punto de vista.

Pese a que estamos ante una novela de ficción histórica Graves se basó en Suetonio, Plutarco y Tácito para escribir Yo, Claudio y aunque sí se reflejan hechos históricos reales también hay partes poco realistas o más fantasiosas de lo que fueron en realidad como, por ejemplo, la imagen benévola que nos muestra de Claudio o el retrato de una auténtica harpía que hace de Livia Drusila; ni los buenos eran tan buenos ni los malos tan malos.

Algo que he echado en falta es más profundidad en las batallas –con las que disfruto como una niña con zapatos nuevos- y, aunque sí se hace referencia a las acontecidas en Germania, se me han quedado muy cortas. En lo que no se queda corto es en la cantidad de datos históricos así como en las descripciones con las que he disfrutado mucho, sin embargo, el ritmo narrativo se me ha hecho lento en ocasiones a lo que, quizá, haya contribuido el estilo tan cuidado de Graves.

Puedo decir que sí me ha gustado y he disfrutado con la lectura de Yo, Claudio pero me ha chirriado que no se haga referencia a los nombres geográficos por su expresión latina, así como en los nombres propios de los personajes o con los términos militares. El autor lo aclara en sus notas al comienzo del libro diciendo que lo hace por familiaridad pero, personalmente, me gusta leer los términos en latín y creo que se podría haber contentado a todo el mundo con unas simples notas a pie de página; cuestión de gustos, está claro.

Por último, no recomendaría este libro a todo el mundo; no porque sea malo, ni mucho menos, si no porque hay demasiados datos históricos y puede resultar una lectura densa e incluso tediosa para algunos lectores.
Enlace: https://libropoli.blogspot.c..
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