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Ya no es igual que la primera vez: la Gran Almudena me demostró después una y otra vez que podía superarse, con sus historias cada vez más completas, más absorbentes y mejor y mejor llevadas. de todos modos, esta es la novela en la que comprendí que era una escritora clásica, y me apasioné por ello, y me dejé llevar por su maravillosa singladura. María Magdalena Montero Fernández de Alcántara nos va contando, a borbotones, con pasión, desde la altura de sus 33 años su vida, su lucha contra la maldición de la sangre de Rodrigo, su iniciación en el amor, la traición, el vértigo y el vacío. Una bildungsroman con ecos de la movida, de la República y los años de piedra (la parte más conmovedora, contada por la abuela Sol), hasta una casa mediterránea con las paredes caleadas al sol, que nos reconcilia con los extremos a base de darnos fuerza y empuje para seguir adelante, sabiendo lo que queremos, lo que de verdad importa. |
Hay un libro en la biblioteca de Julián Casanova (Valdealgorfa, Teruel, 1956) que en una de sus páginas habla de sí mismo. de ese historiador de prominente mechón blanco que conoce, como pocos, los rincones oscuros de nuestra historia reciente. Lo firma su amiga Almudena Grandes. “Almudena tomaba en serio a los historiadores. Cuánta gente conectó con la memoria, la historia y la dignidad gracias a ella”, recuerda en este nuevo episodio de 'En la biblioteca de'.
Desde su primer viaje a Nueva York, Casanova no ha dejado de recorrer el mundo para entender España con la perspectiva que te da la lejanía. “En 1979, cuando acabé la carera, no había buenas bibliotecas en las en las universidades españolas. Quise encontrar fuera de España lo que no encontraba dentro”, explica en el vídeo. ¿Cómo es la biblioteca de Julián Casanova? ¿Qué lecturas le marcaron como historiador? ¿Cuál es el libro que jamás abandonaría su biblioteca?