Las edades de Lulú

Las edades de Lulú me ha dejado un poco traspuesta, no había leído antes a Almudena Grandes y la verdad es que me ha sorprendido mucho, esta es su primera novela también y, algo que no sabía al empezar el libro, una novela erótica.
Lo cierto es que en cuanto me di cuenta de ello me desilusioné un poco, por lo general los libros con mucho sexo me aburren y una vez leído el primer revolcón el resto los suelo leer en diagonal, porque suelen ser versiones de un mismo polvo con cambios mínimos en la receta. Pero con Lulú ha sido distinto, y me ha costado un poco concretar las ideas en mi cabeza para poderlas expresar y que dar a entender, aunque solo sea parcialmente, las emociones que me ha trasmitido.
La parte complicada y la que, creo, más me turba es la relación con Pablo, es una relación de dependencia, o lo es al principio, tiene un punto ruin, pero es una ruindad atractiva, adictiva incluso o enfermiza tal vez. Pablo no es lo que objetivamente se considera una buena persona, pero no es cruel, o si lo es, tiene límites, aunque los traspase. Pero lo que más me turba de todo esto es pensar que es exactamente lo que Lulú necesita. Y cuando llego a esa conclusión mis esquemas mentales me explotan porque, y esto es de primero de autoestima, ninguna mujer del mundo se merece a un hijo de p*** como Pablo. Y que conste que lo analizo desde el año 2023, no he intentado ponerme en el contexto histórico, que bastante me está costando ya dar mi opinión como para encima tener que viajar en el tiempo.
Otro tema que está presente en el libro es el deseo femenino, es un tema que en mi opinión actualmente sigue viviendo demasiado en las sombras, Lulú tiene unas fantasías eróticas que me han dejado totalmente noqueada pero lo que más me ha gustado es que en ningún momento se siente culpable por sentir ese deseo, y eso me ha flipado, no hay culpa, no hay un ¿Qué es lo que he hecho?, se limita a decirse, ya lo pensaré mañana, y disfruta del momento sin sentirse mal.
Hay otros puntos interesantes, pero están ligados a momentos concretos del libro y tendría que hacer spoilers, y además no me gusta hacer críticas demasiado largas que se hacen pesadas.
PARA QUIEN: Lectores que les interese temas como el deseo, las novelas iniciáticas y que no le importe leer sobre sexo.
LO MEJOR: No sentirse culpable.
LO PEOR: Sentirse culpable.

Las edades de Lulú es la primera novela de Almudena Grandes, que se publicó en 1989. Esto último puede parecer una cuestión baladí, pero posiblemente el momento en que le tocó ver la luz lo haya hecho un libro muy controvertido.

Lulú es una niña de quince años que es seducida por el amigo de su hermano, Pablo, mucho mayor que ella. A partir de esa primera experiencia, se genera entre ellos una relación sexual, con la dependencia y sometimiento de Lulú.

Es un libro con una trama sexual muy explícita. Si has leído a Almudena Grandes en alguna otra de sus novelas, es posible que te descuadre, e incluso de primeras te cause rechazo.

Al principio la veía como una novela erótica sin más, pero a medida que fui avanzando en la historia, la parte sexual perdía protagonismo -que no quiere decir que desaparezca- para dar paso a una turbia relación entre los protagonistas.

Al terminar, me quedó claro que no es una novela erótica, aunque tenga mucho peso, sino una novela sobre los vínculos y apegos dependientes, enfermizos, las relaciones tóxicas y la deriva de sus protagonistas.

Los personajes están bien perfilados, y el personaje de Pablo, que de entrada me parecía divertido y curioso, poco a poco se fue haciendo cada vez más detestable por su afán controlador y manipulador.
Lulú es un personaje que, en el fondo, me genera lástima porque no sabe relacionarse de forma sana, y eso es lo que le ha enseñado esa relación precoz.

Decir también que la edición que yo compré, de febrero 2022, tiene un prólogo que Almudena escribió en 2004 reflexionando sobre la novela, y no tiene desperdicio.

Sin duda es destacable es su calidad literaria, es excepcional. En cuanto a la historia, es muy turbia y me ha generado mucho malestar y desasosiego en más de una ocasión.

No es, para mí, la mejor novela de Almudena Grandes, pero sí está a su altura.

Me resulta difícil hablar de este libro. A día de hoy, semanas después de haberlo terminado, aún no sé decir si me ha gustado o no. Desde luego me sigue dando que pensar y aunque sólo sea por eso, la lectura ha valido la pena.

Primera novela que publicó Almudena Grandes, en 1989. Cumplimos años juntos, este libro y yo.

Poco se habla de la importancia de cómo llega un lector a un libro. Con qué lecturas, recursos y pensamientos previos.

¿Cómo se piensa una novela?

Desde luego creo que es imposible hacerlo desde el prejuicio. Ni tampoco desde nuestros códigos actuales, cuando la novela tiene ya unos años.

Me parece que este libro se presenta como algo que (ya) no es. Novela erótica, larga historia de amor. Dicen.

Este libro es la historia de una dominación. de Pablo sobre Lulú. Un hombre de 27 años, que se convierte en el primer encuentro s|xual de una joven de 15, a finales de los años ‘80. Y durante quince años más, forma parte de su vida como un fantasma del deseo de ser querida.

También es una novela sobre la falta de amor, de afecto. Sobre la autodestrucción, el derrumbamiento y la falta de autoconservación. La caída libre.

Pero esto, que puede parecerme interesante en un primer momento; pierde fuerza cuando realmente aquello que toma protagonismo durante la mayor parte de la novela es la dominación s|xual/amorosa, en forma de vejaciones y roles de sumisión dentro del “juego” s|xual. Con algunas escenas fuertemente v|olentas.

La entiendo como una novela pesimista, sobretodo al final. Y eso me parece también interesante y valiente como escritura. Pero sigo preguntándome sobre el enfoque de la autora en esa manera de retratar al ab|sador a lo largo de la historia. Siempre desde los ojos de una Lulú que, aunque empieza a intentar romper el hechizo, no parece conseguirlo sin perderse ella en el intento.
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«(…) e intuía por primera vez que aquello acabaría pesando sobre mí como una maldición, que aquello, todo aquello, no era más que el prólogo de una eterna, ininterrumpida ceremonia de posesión.»
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«Quiero regresar al útero materno, empaparme en ese líquido reconfortante, encogerme y dormir, dormir durante años.»

Es un libro que he releído este año. Con el auge de la literatura erótica, deseaba volver a releer este libro de la autora Almudena Grandes, ganadora del concurso de literatura erótica denominado “La sonrisa vertical”.

Este libro, al estar escrito en los años 90, utiliza distintas innovaciones narratológicas muy de moda en aquellos años. al principio me costó trabajo entender el punto de vista externo de esa manera de representar los distintos capítulos pero, con el transcurso de la lectura del libro empecé a entender que iba mostrando distintas etapas de Lulú en cada capítulo, intercalando épocas de ella que van de la niñez a la madurez. Por lo que la mezcla temporal es constante y hace que el lector esté atento al discurso narrado.

La relación amorosa este libro se da entre una chica joven y un chico un poco mayor que ella. Está relacionado con su entorno más cercano pero en ningún momento es un hombre multimillonario. Contrastando y diferenciándose de la literatura actual. La relación entre ellos cada vez más intensa y los capítulos van aumentando su densidad e intensidad al igual que los años que van pasando por ella. Por ello, y sin previo aviso, los capítulos intercalan diferentes momentos vitales de la joven lo que hace que constantemente aleta en tu lectura.

Es un texto muy recomendable, ya que es anterior a todo el boom actual de la novela erótica y por lo tanto, germen de este tipo de lectura y por ende se merece una lectura ya que como en La Filosofía del Tocador del Marqués de Sade, podemos encontrar referentes no muy descafeinados de este tipo de vidas. Vidas que no son tan maravillosas como las vividas por los personajes de la novela erótica actual sino que surgen episodios que no se irán nunca de tu mente.

Sabemos que es una novela erótica, en la que destacaría que se nota la época post-franquista en la que ha sido escrita. Para mí los ochenta a nivel de despertar sexual fue una etapa muy adolescente, como cuando en clase hablan de sexo y todo el mundo se pone serio para mostrar que ya es grande, y hay algunx atrás que suelta una risita espontánea. Ese momento de tener un pie en la infancia y el otro en la edad adulta, en el que todo es desgarbado y un poco fuera de tono o exagerado. En un momento donde había que cruzar límites porque sí, porque así mostrabas que eras liberada y eso de ir descubriendo a una misma significaba otra cosa distinta a lo que puede significar hoy en día. Para mí los ochenta fueron así.
Me pareció interesante que Lulú tuviera la misma fantasía que los hombres, pero en mujer. A ellos les gusta (o a juzgar por los contenidos de las pelis porno) ver a dos lesbianas juntas y a Lulú le gusta ver a dos gays montándoselo.
Y, hablando de pelis porno, recuerdo cuando era adolescente que había salas X, y no eran muy exigentes a la hora de exigir el carnet para comprobar la edad. Hoy en día, ese concepto de cine sala X resulta un poco extraño, casi perverso, pero por lo que tiene de ingenuo y sucio al mismo tiempo.
El personaje de Pablo me cae un poco mal. En su día vi la película y me acuerdo que no me gustó. Supongo que por eso me seguía molestando en esta ocasión. Y Lulú tiene más interés que las protagonistas de otras novelas eróticas contemporáneas de cuyos nombres nombres no quiero acordarme. Por ejemplo, busca conocerse y su lugar en el mundo y eso se refleja en el hecho de que viene de una familia muy numerosa en la que nada es suyo y todo es de todxs, pero donde se siente muy sola, sin un espacio propio. También me gustó la imagen recurrente de la persona sometida como el corderito de Norit con el lazo rojo en el cuello. le dio un toque pop, y esos son los detalles que me gustan encontrar en las narraciones.
Me gustó releerlo porque me situó en otra época y pude reconocer pinceladas aquí y allí de un bagaje cultural compartido, como, por ejemplo, “El último tango en París”.