El único indio bueno

El único indio bueno fue la novela ganadora de los premios Bram Stoker, Shirley Jackson y Ray Bradbury y finalista de los premios Locus. No creo que exista mejor presentación que estos grandes reconocimientos.

Ricky, Gabe, Lewis y Cass son cuatro amigos de la infancia descendientes de nativos americanos que intentan sin éxito dejar atrás ese mundo e integrarse con el moderno, pero su pasado ha vuelto para perseguirlos y atormentarlos. Ellos en su juventud se divirtieron dando caza a los ciervos en los terrenos prohibidos reservados para los ancianos, ahora les tocará pagar las consecuencias.

Será desde el punto de vista de Lewis, que iremos sabiendo los hechos. Eso conlleva que nos acerquemos rápidamente a este personaje muy bien construido. A medida que lo sigamos a través de esta historia de ritmo rápido, nos sumergirá de un lado a otro entre un viaje de caza de su pasado que todavía lo persigue y su presente. La aprehensión aumenta con el paso de cada capítulo mientras avanzamos hacia la revelación de sus secretos. Quedaremos atónitos ante un descubrimiento que dará vida al resto del libro. Stephen Graham Jones ha producido una obra muy atractiva de tensión narrativa con imágenes viscerales y comentarios sociales, coloreando las percepciones del lector sobre lo que significa ser perseguido por el pasado.

Venganza, las maldiciones culturales y castigos impregnan las páginas de una novela que bebe del género slasher con la atmósfera del gótico característico del gran autor Stephen Graham Jones. Ha creado una increíble historia de terror acompañándola de una prosa latente y poderosa, una narración de caza y muertes con el sabor nativo americano. Vuestro corazón acelerara su ritmo cuando haga presencia la deidad alce enojada. Ella regresa manifestándose como una mujer con cabeza de alce. Ese monstruo los persigue, acosa, es tan aterrador como cualquiera de los asesinos de machete y sierra típicos de este género.

Dejad todo lo que tengáis a mano o pensado hacer, porque esta escalofriante narración exigirá vuestro tiempo, pasareis las páginas como si volaran, no importara el sueño ni si hay que madrugar. Estaréis ante una historia sangrienta, dolorosa cuyo mayor protagonismo será una vendetta que viajo desde el mundo de las leyendas, en la cual a Graham Jones no le tiembla el pulso infligiendo los más horribles de los horrores, envueltos a veces de un poco de humor negro.

Y aún así ante la sorpresa del lector fuera del terror hay una mirada a la vida de los nativos americanos desde una perspectiva menos idealizada de lo que normalmente se ve. Es una perspectiva muy real de un pueblo que sufre de pobreza y discriminación. Quizás esta mirada realista al horror real y cotidiano realza el efecto de lo ficticio.

Un trabajo asombroso que sacudirá los cimientos de los lectores. Horrible y encantador, la novela es profunda y, sin embargo, al final, deja un sentimiento positivo de esperanza genuina.

¿Otra joya que trajo La biblioteca de Carfax? Sí, lo sé me repito, pero es la verdad.

¿Qué ocurriría si un error de tu juventud te persiguiera? ¿Qué pasaría si algo que creías enterrado y olvidado volviera para cobrarse venganza? ¿Podemos escapar de nuestro pasado? ¿Es posible romper con los ciclos de dolor, trauma y violencia? Hoy quiero hablarles de El único indio bueno, de Stephen Graham Jones, la novela ganadora de los premios Bram Stoker y Shirley Jackson 2020. Libro que acaba de ser publicado por La biblioteca de Carfax con una extraordinaria traducción de Manuel de los Reyes y una espectacular cubierta ilustrada por Rafael Martín Coronel.

«—Aquel sitio, sí… Está encantado, tío, ¿no lo sabías? Ni siquiera los ciervos van ya por allí. Seguro que se cuentan historias alrededor de la fogata, ¿eh? Sobre lo que pasó ese día. Joder, para ellos debemos ser como leyendas, tío. Los cuatro hombres del saco…, los cuatro carniceros del lago Duck».

El libro narra la historia de cuatro amigos: Ricky, Gabe, Lewis y Cassidy. Cuatro nativos americanos que crecieron en una reserva y que han sido amigos desde la infancia. Hombres que aún se encuentran luchando por encontrar su lugar en el mundo. Dos de ellos incluso llegaron a abandonar la reserva, pero ni siquiera la distancia de su tierra ancestral impedirá que lo que hicieron durante su juventud los dejé de perseguir.

La trama empieza cuando han transcurrido casi diez años desde el fatídico día en el que el grupo de amigos, ignorando las prohibiciones, entraron en las tierras reservadas a los ancianos de la tribu para cazar ciervos. Sin saber que la cruel matanza que llevaron a cabo ese día tendría consecuencias inimaginables. Lo que en un primer momento se sintió como ganar la lotería (encontrar un rebaño completo de ciervos en un terreno que les permitió abatir a tantos ejemplares como quisieron), pronto se transforma en una prohibición permanente para cazar por parte de las autoridades, y luego desencadenará una venganza cruel y brutal.

«¿Por qué ahora? ¿Por qué ha tardado tanto tiempo esta cierva, si es que es una cierva, para venir a por él? ¿Habrá esperado a que él organice su vida, a que se rodee de personas y cosas que aprecia, para poder arrebatárselo todo como hizo él con su cría?».

La novela se encuentra dividida de manera que podamos conocer primero a los amigos que decidieron dejar la reserva y empezar una nueva vida lejos de todo y todos los que conocían. Con fatales consecuencias para el primero de ellos, Ricky, que aunque los titulares afirman que murió en un altercado cerca de un bar, digamos que las cosas no ocurrieron así exactamente. Luego conoceremos a Lewis quien, casado con una mujer blanca, lleva una vida que puede considerarse cómoda. Pero solo hasta que una sombra vislumbrada a través de las aspas de un ventilador cambiará su existencia.

Si bien en un primer momento tenemos tantas dudas y preguntas como nuestros protagonistas, cuando la brutalidad hace su aparición en la novela no la vi venir. Y es tan impactante que, además de pillarme desprevenida, me dejó bastante descolocada. Stephen Graham Jones juega con los lectores para que durante la primera mitad del libro no estemos muy seguros de si los personajes están siendo paranoicos y están perdiendo la cabeza, o si realmente hay algo sobrenatural que ha venido para buscar venganza. Luego el ritmo cambia radicalmente y solo puedes seguir leyendo.

«Si el único indio bueno es el indio muerto, ella va a ser la peor india del mundo».

Ciervos, tradiciones, maldiciones, amigos, venganza, dolor, culpa… El único indio bueno, de Stephen Graham Jones, es una novela asombrosa y repleta de crítica social. Que nos muestra a cuatro amigos que se debaten entre la tradición y una sociedad que no los acepta ni le da muchas oportunidades. El autor trata con habilidad temas como el racismo, las adicciones o la identidad, mientras hace gala de un humor de lo más particular (los titulares que va creando Lewis son buenísimos) para luego aderezar todo con una violencia aterradora y una esperanza que tarda en aparecer, pero que está ahí. Si están buscando una historia que los haga estremecer y que se siente como si está narrada junto a una hoguera tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído El único indio bueno? ¿Les llama la atención?
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Una propuesta terrorífica y diferente, con más pinta de slasher que de una propuesta de horror más clásica. Jones apuesta por una narrativa íntima que ataca a la cordura de sus protagonistas, y con una profundidad emocional que hace conectar al lector con una identidad y con el lugar que ocupan los personajes en el mundo.

El único indio bueno consigue replantearnos sobre lo que está bien y lo que no, desgarrando todo lo que puede a medida que avanzan en tropel la acción y el peligro, el pasado y el lector a medida que pasa las páginas. Todo acaba colapsando en un presente que de nuevo mira hacia delante, siempre adelante. El segundo mensaje que el lector puede percibir, además del reflejo del pasado en las acciones actuales y futuras, es precisamente ese: que sus personajes nunca dejan de mirar adelante buscando una redención que nunca llega.

Toda esta mezcla de terror y de esperanza, sobre la injusticia y la venganza, cristaliza en un estilo ágil, dinámico y plagado de violencia. La figura del villano se sale completamente de la norma, consiguiendo una entidad fría y calculadora, pero con una justificación tal con la que podremos sentirnos identificados hasta cierto punto. Con todo esto, Graham Jones consigue una lectura amena y diferente, llegando a un final abierto en el que siembra una semilla de esperanza hacia una vida mejor para sus personajes.

Un título del que no te arrepentirás. Tanto si eres fanático del terror como si no eres habitual, en El único indio bueno encontrarás una novela fluida que rebosa contenido, brillante y diferente.

Stephen Graham Jones está abriéndose camino como nombre imprescindible asociado al terror desde hace años (tiene más de 20 libros publicados), pero ha sido con este "El último indio bueno" cuando alcanzó la gloria llevándose los prestigiosos premios Bram Stocker o Shirley Jackson.

La brillante edición de la biblioteca de Carax con una portada soberbia, me hicieron rendirme y dejarme atrapar por la historia de una maldición ancestral que rescata elementos del folklore indio.

En ella acompañamos a cuatro amigos, Ricky, Gabe, Lewis y Cassidy, adultos más o menos responsables. Años atrás se adentraron en la zona reservada a los ancianos de la tribu, donde derramarían la sangre de un rebaño entero de ciervos. Un acto terrible que cargarán consigo, hasta que, una década más tarde, algo despierta para hacerles pagar.

La novela brinda un gran acercamiento a la dualidad entre la tradición india y la vida moderna, escenas sangrientas y terroríficas y algunas casi humorísticas.

La narración es buena o muy buena, y el tratamiento psicológico de Lewis (toda su parte, de hecho), me encantó. Y Ponokaotokaanaakii demuestra que aún hay mucho material fascinante en un género muy dado a ir a lo básico.

La recomendaría a cualquiera.