Pequeñas heridas mortales

Este es un libro que viene como regalo al comprar otro en la tienda Fnac, pero debido a que me ha gustado bastante, he decidido reseñarlo y que lo podáis conocer. Ahora leeré también otras obras de la autora.

Se trata de un ensayo donde Belén Gopegui expone pensamientos propios que luego refuerza recogiendo citas, comentarios, experimentos de laboratorio y de la naturaleza, a través de los cuales se pueden ver explicados y, en ocasiones, reforzados sus criterios personales ante la complejidad humana y del mundo que nos rodea.

Con un estilo sencillo, al mismo tiempo que directo, va formando una cierta unidad de pensamiento, que se irá explicando de forma didáctica, de manera que llegue a todo cuanto nos va contando , relatando y exponiendo, usando para ello novedosas y originales comparaciones.

Pequeñas heridas mortales, es el título que propongo para su lectura y este podría ser muy bien un conciso resumen de lo que es y contiene el librito de Belén Gopegui.

Escribe para hablarnos de lo uno y de lo otro, de los unos y de los otros, de nosotros y lo nuestro. Todo tan diverso y tan increíblemente igual, todo tan simple y tan escandalosamente complicado.

La autora, rumia, mientras sobrevuela por los profundos intersticios de la esencialidad, buscando preguntas, que van surgiendo al pasar por la vida, en un intento de encontrar respuestas, aunque no soluciones.

Nos presenta en el índice una clara división en siete apartados que recogerán cada uno de ellos, diferentes elementos con inquietud de enseñanza.

Los que leemos, muy a menudo, esperamos respuestas. de Belén Gopegui también las esperamos, las esperamos mientras leemos este libro como esas lluvias frescas que trae mayo, pero ya somos adultos, adultos y lectores y sabemos que cada pregunta resuelta o no, trae consigo diez dudas, diez nuevas preguntas.

El escrito viene sembrado, como hemos venido señalando, de preguntas, dudas y respuestas.
Con el fin de que estas sean resaltadas y subrayadas, recurre la escritora a citas que son citables porque vienen refrendadas por el conocimiento y sobrado prestigio de científicos, escritores, poetas, neurólogos, filósofos, biólogos, psiquíatras, psicólogos...

La escritora insiste en la importancia de hacernos acompañar por alguien, recurriendo ella, en este caso, a un ser imaginario y que da en llamar amiga persona con la que conversa.

Esa amiga persona es ni más ni menos que el otro, incluso tu yo y cualesquiera otros que puedan ser recogidos por este mundo .El clásico emisor y receptor y también el elemental canal de comunicación que establecemos predominantemente los humanos.

En este libro, la autora despliega algunos experimentos contrastados y fiables con utilización del método científico, que nos permiten regocijarnos con algunos de ellos y aclarar puntos de vista que no conocíamos, habíamos olvidado o estaban distorsionados.

Algunas dudas y todas esas cuestiones que nos hacen humanos y que tantas veces son capaces de rompernos, son las que Copegui, en este escrito, nos anima a minimizar e incluso a intentar aprender a dispersarlas y que puedan quedar pulverizadas.

El signo de interrogación revestido por la pregunta y lo insondable es la representación simple y gráfica del ser humano, de ese que constantemente se pregunta.

Para terminar esta reseña, me gustaría señalar que me han parecido muy hermosos los títulos de los apartados y subapartados en los que se divide el libro, en los que ya nos aporta una interesante reflexión. Puedo citar algunos ¿Nos gustan los personajes malos?. Entenderse o tal vez imaginarse. El sentido es imaginario….

En definitiva, una lectura para pensar y seguir preguntándonos y cuestionando la vida, el mundo, y todo lo demás.