El internado suizo

Ya había leído anteriormente a esta autora con El hogar de niñas indeseadas, así que cuando supe que Umbriel editaría otra de sus novelas no dudé ni un segundo en agregarla a mi lista de lecturas que sí o sí quería hacer. En un principio supuse que seguiría la línea histórica y que apela al sentimentalismo, pero estaba muy equivocado, esta es una lectura ideal para octubre, los amantes del misterio y quizás para aquellos que disfrutan la narración histórica.

Kersti, una niña de 14 años, es enviada a estudiar al Lycée, según su madre el mejor internado, pues además de tener renombre y ser espectacular en la enseñanza, se encuentra en Suiza y eso eleva la experiencia aún más. Para Kersti eso no significa nada y no se siente cómoda, de hecho cree que sus padres la enviaron ahí para deshacerse de ella por ser la hija no esperada. Desde su primer día encajó a la perfección con Cressida, su compañera de cuarto, y el paso de los años no hizo más que afianzar su amistad a pesar de las evidentes diferencias entre ambas. Han pasado cuatro años y están a nada de terminar la escuela, pero ocurre un trágico accidente: Cressida cae desde el balcón de su recámara; todo apunta a que fue un accidente debido a los evidentes problemas de alcohol de Cress, quizás pensar en un suicidio, pero el caso se cerró precipitadamente. A través de los años en el instituto Cress creó algunas enemistades, ¿y si su caída no fue un accidente y en realidad alguien la empujó? Esta pregunta no deja de atormentar a Kersti aún casi 20 años después del accidente. Con una invitación del Lycée por su 100° aniversario, una carta con detalles reveladores sobre esa noche, y problemas de fertilidad, Kersti decide darle un cierre a la historia de Cress, buscando la verdad de lo que ocurrió aquella noche.

Vaya, vaya, qué sinopsis tan larga me acabo de echar, pero deben saber todo eso si de verdad quieren tener una mínima idea de lo que es el libro. La historia está narrada en dos tiempos a través de la perspectiva de Kersti: el presente, 2015, con nuestra protagonista en su treintaytantos años, llegando al final de su vida fértil; y el pasado, a partir de 1995, en sus años de instituto conociendo su vida no académica. Y creo que esto es fundamental porque podemos ir construyendo poco a poco la historia y vamos uniendo el pequeño rompecabezas del misterio tras el accidente de Cress y evidentemente creemos en todas las teorías que hacen los personajes... bueno, quizá eso solo me pasó a mí, y no hay huecos o puntos débiles en la construcción. Ya que estoy en que la historia está narrada en dos tiempos, quiero mencionar que la forma de escribir de la autora es un goce: se lee rapidísimo, está cargada de sentimientos, descripciones y escenas que te conmueven o dan escalofríos. No creo que hubiera una mejor manera de narrar este libro.

Cabe resaltar que los personajes están bien creados y ninguno tiene desperdicio, hacen que la historia fluya y que quieras golpearlos en más de una ocasión.
Kersti, nuestra protagonista. Con ella tuve una relación amor-odio porque entendía perfectamente todo lo que sentía, pero jamás entendí el porqué de la mayoría de sus acciones. La conocemos en dos diferentes etapas de su vida, la adolescencia y la adultez. La Kersti adolescente es a la que odié porque era una niña mimada que vivía en una falsa burbuja y que inminentemente se rompería por su estilo de vida: proviene de una familia acomodada, es la menor y la hija no planeada, además no encaja en un colegio donde todos son ricos. Tenía todo para que su fantasía se derrumbara, e increíblemente le salió bien en cierta medida: conservó las pocas amistades del Lycée y consiguió forjarse un futuro en algo que le gustara, ser escritora. La Kersti adulta mantiene parte de esa niña caprichosa, pero el accidente de Cress la dejó marcada y sabe que la vida no es un cuento de hadas, aunque ella se empeñe en forzarlo y es la razón por la que su matrimonio se empieza a derrumbar: lucha incansablemente por ser suficiente para sus padres, lucha desesperadamente por quedar embarazada sin importar las consecuencias y ahora busca la verdad sobre Cress sin medir los alcances. Así que sí, es una luchadora que se ha sobrepuesto a la mayoría de retos que le ha puesto la vida, pero decide ahogarse en un vaso de agua en ciertas ocasiones.
Cressida, la que sufre el accidente. de ella no quiero hablar mucho porque es un personaje ÚNICO en todo el sentido de la palabra. A los ojos de todos es perfecta, atrevida, valiente, empoderada, divertida, hermosa y un poco loca; todo eso la hace encantadora y la mejor amiga que Kersti podría desear. Con todo lo anterior viene un gran pero: es una chica con problemas de moral y una actitud excesivamente despreocupada. Con ella nunca pude conectar, no pude entender lo que hacía y, en más ocasiones de las que me gustaría admitir, me escandalicé con sus acciones. Ella definitivamente es un personaje para debatir un largo rato.
La familia de Kersti, ellos son un caso porque la mandaron al internado para deshacerse de ella y al final nunca logran aceptarla completamente por el mismo hecho. En cada página que salían hacía corajes y quería abrazar a la pobre Kersti.
Los demás personajes. Pffff, hay un sinfín de personajes relevantes de los que les podría hablar por horas y sin cansarme, pero es mejor irlos descubriendo. Eso sí, están bien construidos y aunque tienen acciones muy dudosas, se sienten reales.

Lo raro. La mitad de la historia se desarrolla a mediados de los 90's, en Suiza, y aunque no tengo idea de cómo eran las cosas en esa época, me cuestioné mucho de lo que sucedía. Nuestras chicas adolescentes se la vivían bebiendo, fumando, de fiesta, en bares y actuando como si tuvieran +18 y no 15 años. Sentí que la autora nos vendía una idea de cómo se debe vivir la adolescencia y y yo tengo una idea completamente diferente.

Lo malo. La lucha incansable de Kersti por ser madre y el significado que eso tiene en el "ser mujer". Me puedo pasar horas hablando de esto, pero ya todos sabemos que la maternidad no es una obligación y el no tener hijos no te hace mejor ni peor persona, pero para Kersti parecía que sí, tenía una necesidad insana de ser madre y solo eso podía hacerla sentir completa. Y nunca tuvimos una justificación del porqué de su conducta, así que no era lógico o algo que pudiéramos entender. Para ser sincero, sí fue algo que me molestó y quitó ritmo a la lectura. Igual no es taaaan invasivo y llega a dar un poco de intensidad a la historia, así que no hay mucho por lo que preocuparse, pero sí fue incómodo.

La trama es mucho más que una investigación de una señora melancólica aplastada por el peso de la edad y la incapacidad de tener una vida que ella considere plena. La trama, además del misterio de un posible ataque, mete otros temas que hacen que la historia se torne tensa y haya drama... mucho drama. Y aquí entra lo más raro aún: tenemos que ver la lucha eterna de Kersti por ser madre (aquí se pone súper retorcido por los alcances que llega a tener); las sociedades secretas estudiantiles tipo universitarias, pero en un internado y los secretos oscuros que se esconden en su lucha y disolución; lo que implica vivir en otro país junto con los beneficio y riesgos que esto conlleva, lo que significa tener padres desapegados, etc.. Me muero por hablar con spoilers, pero seré fuerte y solo pondré que aunque son temas que de primer momento sí te sacan de onda, encajan perfecto en la historia y le dan un sentido increíble y hasta en cierto grado de miedo.

En resumen, El internado suizo, es un misterio que tenemos que ir descubriendo, de primera mano, poco a poco y entendiendo los motivos por los cuáles pudo haber pasado una u otra cosa. Sin dudas está bien construido y no tiene desperdicio alguno. Planeo seguir leyendo a la autora porque tiene una manera única de crear historias, me parece que su próxima publicación con Umbriel será La hija olvidada, su más reciente libro y ya le tengo muchas ganas... aunque no he leído la sinopsis y ni pienso leerla, sé que Joanna Goodman es sinónimo de calidad.
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