El hogar de niñas indeseadas

Tanto el título como la sinopsis de "El hogar de niñas indeseadas", llama la atención nada más tener el libro en nuestras manos. Además de que la portada no se queda atrás, sencilla y elegante, pero a la vez tierna y llamativa. Todo ello hace que no podamos pasar sin leer esta novela de Joanna Goodman, que no nos va a dejar indiferentes.

"El hogar de niñas indeseadas" se divide en 4 partes, en dónde Maggie nos cuenta su historia. Pero aparte, algunos capítulos están narrados desde el punto de vista de su hija, Elodie. Son, sin duda, los más duros y los que más ganas tenía de leer.

En "El hogar de niñas indeseadas" encontramos una historia dura, pero real. Y es que Maggie y Elodie podrían ser una de las tantas historias que se han oído sobre "los niños robados".

En este caso la historia de ubica en Quebec, en 1950. Lo primero que me ha llamado la atención son las rencillas que había entre ingleses y franceses. Las diferencias sociales que había por el simple hecho de ser de un sitio u otro. Y en algunos casos, se podría denominar hasta racismo, ya que como vemos con Gabriel, se meten con él por ser francés, llegando incluso a darle una paliza. Descubrimos una época dura, en donde está muy vigente mantener el honor de la familia y evitar habladurías. Ya que un "pecado", como consideran lo que le ocurre a Maggie, podría repercutir en la tienda familiar de ventas de semillas.

No es una historia propia de "niños robados", como los casos tan famosos de España, pero sí que los padres tomaron la decisión por Maggie. Ella, con tan sólo 15 años, no tenía voz ni voto para rebelarse contra sus padres y quedarse con su hija. Pero igual que en el caso de los "niños robados", sí que se vendían bebés, directamente a través de las familias, donde la familia, el abogado intermedio y las monjas, salían beneficiados.

En otros casos, como el de Elodie, por estar enferma, acababan en orfanatos, esperando una adopción que en ocasiones llegaba y en otras, como el de ella, no, por lo que pasaba su vida en la institución.

Como dije al principio, los capítulos de Elodie son los que más me han gustado. Nos cuenta cómo vive en el orfanato, con las otras niñas, con las monjas que las cuidan, las enseñan y, algunas más que otras, les dan algo de cariño. Elodie pasa aquí los 7 primeros años de su vida, esperando cada día que una familia la quiera y también deseando que su madre regrese a por ella.

Lo que más me ha impactado es el cambio en 1957, cuando el gobierno decide transformar los orfanatos en centros psiquiátricos. Y sobre todo descubrir de la boca de Elodie todo lo que las monjas les hacían. Vejaciones, maltratos físicos y psicológicos. Directamente a todas las huérfanas las tildaron de retrasadas, de locas, llegando incluso a drogarlas si revolvían a la mínima para que "estuvieran tranquilas". Toda la falsificación de documentos y las mentiras para evitar que las niñas saliesen del centro. Son momentos muy duros que me han puesto los pelos de punta en más de una ocasión y que me han repugnado. El ser humano puede llegar a ser horrible, cruel. Nunca pensamos hasta qué extremos hasta que leemos situaciones así, y que por desgracia, se van olvidando.

A la vez que conocemos la vida de Elodie, tenemos también la de Maggie, su madre. Junto con el cambio que ocurre en Quebec por el cambio de gobierno.

Maggie es fuerte y valiente, y cuando decide tomar las riendas de su vida, lucha por recuperar a Gabriel y por encontrar a Elodie. Su vida tampoco ha sido fácil, ni el trato que recibía por parte de sus padres, ya que hasta le engañaron sobre el destino de su hija. E incluso cuando de adulta la quiere buscar, su padre le niega ayuda e información, siempre obtiene la misma respuesta "olvídate". Todo esto nos hace darnos cuenta de cómo influía la sociedad y cómo reaccionaban las familias, una parte muy dura de leer, pero un golpe de realidad necesario sobre nuestro pasado.

Me ha gustado mucho como Joanna Goodman narra la historia. Muy fácil de leer, y además nos mantiene con la intriga del "qué pasará" durante toda su lectura. El enfoque que la autora nos brinda en "El hogar de niñas indeseadas", sobre la manera de vivir en Quebec, las familias, el trabajo y lo ocurrido en los orfanatos, me parece muy acertado. Creo que es importante que libros así sean leídos, ya que la historia no se puede perder ni olvidar. Por duro que nos pueda parecer en ocasiones, es también una historia preciosa de amor y de lucha por recuperar a su hija.

Nos va a dejar con ganas de más. Quizá echo en falta un pequeño epílogo, de Elodie tiempo después, para ver cómo se adapta finalmente a la vida y a la sociedad. No obstante, recomiendo su lectura sin ninguna duda. Es de esos libros que te dejan una sonrisa en la cara cuando los acabas.
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