Desmorir: Una reflexión sobre la enfermedad en un mundo capitalista

Este ensayo me ha removido entera. Me ha confrontado con realidades estremecedoras y me ha quitado la venda ante clichés y eufemismos relacionados con el cancer y con sus tratamientos. Además, me ha hecho ahondar en multiples temas que nos atraviesan a todas desde una perspectiva nueva y sincera.

Anne Boyer era una escritora y profesora consolidada cuando a sus 41 le diagnosticaron cáncer de mama triple negativo con pronóstico muy grave. Ese es el punto de partida de su ensayo en el que comparte su experiencia a la vez que investiga a otras autoras que también se acercaron al dolor, a la incertidumbre y a la enfermedad a través de sus escritos. Boyer crea una red de experiencias personales y ajenas y estadísticas médicas así como de las representaciones artísticas y culturales de la enfermedad. Destapa la hipocresía adornada con el lazo rosa, las poco transparentes jugadas de las farmacéuticas, la falta de investigación y el desamparo que encuentran aquellas enfermas que no encajan dentro del modelo familiar normativo.

Antes de este ensayo, yo no sabía que una mujer en EEUU tiene el doble de posibilidades de morir de cancer de mama si está soltera, un dato que sorprende a la propia autora cuando lo descubre, hasta que le dan el alta médica la misma tarde que le extirpan ambos pechos. Sus amigas hacen grandes sacrificios para ayudarla, pero solo un conyuge tiene derecho a días de baja. Tampoco sabía que la tasa de mortalidad es mucho mayor en mujeres negras, ya que son genéticamente más propensas a esta variante de cancer y, sin embargo, son diagnósticadas más tarde que las mujeres blancas. Tampoco me había parado a pensar en cuantos libros y películas abordan la enfermedad desde fuera, como historia de superación que inspira a la protagonista o como historia del duelo de un familiar. Casi nunca en primera persona. Como si el dolor solo fuera válido con un poco de distancia y hubiese que sacarle un mensaje útil. Nunca había pensado lo que esto debe implicar para el enfermo al que se sitúa en un lugar de gran soledad y escrutinio.

En definitiva uno de los mejores, si no el mejor, ensayo que he leído nunca. Tiene pasajes que me han roto y dado escalofríos y otros, de alguna forma, profundamente poéticos. Es muy personal y es muy político. Salen a la palestra muchas voces de mujeres que han escrito sobre el tema... Solo puedo añadir que leáis a Anne Boyer.

Una reflexión conmovedora, brutal, honesta, sobre el cáncer y todo lo que implica para aquellos que viven con la enfermedad -el miedo, la incomprensión, el temor a sucitar lástima, la frialdad de los médicos. Anne Boyer recibe un diagnóstico de cáncer de mama muy complejo y de ahí reflexiona sobre la enfermedad a través de la experiencia propia pero intercalando las experiencias de otras escritoras que han sufrido la enfermedad así como de mujeres de varios orígenes. Asimismo, expone la brutalidad del sistema de salud en Estados Unidos -marcado por diferencias de clase y raza, pero también por una falta de humanidad. Es estremecedor cuando relata que los permisos por enfermedad son límitados y las mastectomías se consideran cirugías ambulatorias y la paciente debe dejar el hospital a las pocas horas -ahora sí que ni en México, y eso que tenemos unos de los peores sistemas de salud. Recién operada, con dolor, se vio obligada a regresar a sus clases. ¿En qué mundo, con qué fuerzas? La autora logra transmitir esa desesperación, el desasosiego, el cansancio tanto físico por el tratamiento, como por los que se van y los que se quedan, con palabras de ánimo que a veces pesan más que la enfermedad.