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Conocí a Juan Gómez-Jurado gracias a su trilogía Reina Roja, que me tuvo atrapada de principio a fin. Así que me propuse leer todos los libros escritos por el autor. Al libro La leyenda del ladrón llegué totalmente a ciegas, no me había leído ni la sinopsis; así que pensé que sería otra historia de las que nos tiene acostumbrados: cruda, directa y, sobre todo, con un buen suspense. Pues no, La leyenda del ladrón no es un libro de suspense, es una novela histórica de aventuras en Sevilla del siglo XVI. Seguiremos las andanzas de un joven Sancho de Écija, un huérfano que tendrá que aprender a sobrevivir en una ciudad en plena expansión donde los que no tienen dinero no tienen derecho ni a la dignidad. Pese a la sorpresa inicial que no había ningún asesinato que investigar, es una novela que me ha gustado mucho. No soy historiadora, así que no se si la Sevilla que nos presenta el autor es un reflejo de la ciudad en el siglo XVI. Lo que sí se es que me he sentido como si yo misma corriera por esas calles estrechas y malolientes. En cuanto a la historia, el personaje principal es Sancho, y junto a él una serie de personajes, unos más conocidos que otros. La vida de Sancho podría ser como la de cualquier otro ciudadano español sin suerte en este mundo, pero nuestro joven amigo es bastante espabilado y sabe defenderse en algunas situaciones. Realmente todas las aventuras que le pasan a Sancho no son del todo creíbles, algunas parecen más bien resueltas por chiripa que por otra cosa. Aun así, sufres, ríes y lloras junto a él. Especialmente he disfrutado con el personaje de Clara, una chica nacida esclava que tiene que aprender a valerse por si misma y, sobre todo, conocerse a si misma. También me ha gustado mucho los diferentes personajes históricos que van apareciendo a lo largo de la novela muy conocidos por todos y su papel trascendental en la historia. El autor es un maestro en el arte de jugar con estos personajes entre su invención y lo que sucedió en realidad. Lo que sí no falta, y creo que es el sello del autor. Es el lenguaje directo, la pluma ágil y una habilidad para mantener al lector totalmente enganchado al libro hasta su punto final. Un libro muy recomendable para los amantes de la novela histórica llena de aventuras, con personajes que os encantarán, aunque no todo en ellos sea bondad. |
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