larazon22 June 2018
Poemario cuyo título justifica la propia autora a través de una significativa anécdota: durante un concierto de música clásica se fija en la espalda de una violinista, que se mantiene erguida, los músculos entregados a la perfección interpretativa, consiguiendo, con elaborada técnica anatómica, la expresión simple y llana de la pura belleza musical.
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