El único hombre vivo

Un curioso tributo
La noche comienza complicada para Alex Torrent que junto a su compañera Julia patrulla los alrededores de la Rambla de Barcelona. Un aviso de una reyerta los moviliza y cuando llegan al lugar de los hechos no entienden muy bien lo que sucede, unos hombres, sin ningún tipo de motivo aparente, han empezado a agredir a los viandantes. Poco después de reducirlos reciben otro aviso y poco a poco comienzan a entender que todos los cuerpos de seguridad de Barcelona están saturados por altercados como el que acaban de solucionar.
Eva Llull, periodista, está viendo en las noticias que hay altercados en Barcelona, pero ya se hace tarde y decide irse a dormir. A la mañana siguiente todo habrá cambiado y sus compañeros de el equipo de investigación Descobreix de TV3 la llamarán para que se ponga en marcha, Barcelona es un caos y parece que se han cortado las comunicaciones con la ciudad condal. Comienza la investigación.
Nada más comenzar la novela, sabemos que estamos ante un inicio de novela de zombies: personas que se vuelven violentas sin explicación, un gobierno que corta las comunicaciones y una ciudad que parece que está sufriendo un apocalipsis. Sin embargo, lo que más me ha motivado a leer la novela ha sido la cercanía de los hechos, Barcelona, y el nivel fotográfico que el autor ha empleado para describir los altercados. En este sentido me ha gustado bastante, porque desde el principio las descripciones te invitaban a seguir leyendo, y no creamos que era descripciones gores, típicas de las novelas más duras, sino descripciones de los movimientos, los pensamientos de los personajes y las tácticas de los cuerpos de seguridad y de investigación periodística.
En este sentido, la novela tiene dos dimensiones, la perspectiva del que defiende y la perspectiva de quien destapa: policía y prensa. Así se nos alternan los capítulos de Alex y Eva para que entendamos la situación desde un punto de vista multiperspectivista, el dentro y el fuera del problema. No obstante, a pesar de estos modos de ver la problemática, no tendremos la perspectiva estatal (muy importante en otras novelas del género) y eso también me ha gustado porque en cierta medida, si conoces las razones, puedes justificar. En esta novela no encontraremos esto, ni siquiera encontraremos una justificación por el bien común. Todo está por destapar.
Así, mientras Alex intenta sobrevivir en Barcelona, ayudado por algunos compañeros del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, matando a todo infectado que pueda encontrar, y Eva fuera de la ciudad escarba y escarba con su equipo para saber qué está sucediendo y por qué, no podremos sino pasar la página para ver si lo consiguen: sobrevivir y conocer.
La verdad es que me ha parecido un buen tributo a la película homónima de una novela que todos conocemos Soy leyenda, a la que reinventa y añade elementos nuevos e interesantes.
El motivo y el camino
Si hay que destacar algo por encima de todo en la novela, es lo atractiva que ha hecho el autor la parte de investigación periodística. Quitando los recortes inventados de los periódicos, que me han enfadado porque por el estilo me parecían poco creíbles (la escritura periodística de los recortes era simplona y adscribir eso a El país o El mundo no me ha gustado), la parte de investigación es atractiva, rápida y entretenida. El proceso de deducción se hace con el lector, lo que le permite que no entendamos lo que van descubriendo como «algo sacado de la manga». Además, creo que esto se ha conseguido gracias a una protagonista dinámica, muy auténtica y que no cae en los clichés.
Por su parte, la parte policial, ahora en frío, me da la sensación de que es larga, aunque tampoco sabría decir qué sobre. Supongo que al contrastar con la parte periodística que es más dinámica, el estatismo del superviviente resulta más lento (aunque reconozco que pasan bastantes cosas en estas partes de la novela). Esta parte me ha gustado, aunque me ha enganchado menos, y hacia el final de la novela me ha enfadado también un poco. Pero, cuidado, este enfado no es de error, es de pura coherencia psicológica creo yo. Los personajes evolucionan sin que nos demos cuenta, sobre todo el de Alex Torrent y creo que en concreto su evolución es muy lógica, aunque a mí me crispe y decepcione un poco.
Una lectura para sumergirse y correr
Como he ido diciendo, la novela me ha ido gustado, aunque he sacado algunos peros completamente personales: la evolución del protagonista masculino, el estilo periodístico y el final de la novela. Sobre este último punto no he dicho nada, para no hacer spoiler, pero como indicaba al principio de la reseña, los finales de este género me crean mucho desasosiego y en este caso no ha sido menos, de hecho, me ha dejado fría. Pero volvemos a lo que he dicho antes, esto son percepciones completamente subjetivas y sé que otros amantes del género aplaudirían el final y todos los aspectos que a mí me han gustado menos.
Ahora bien, como ya hemos comentado, es una lectura rápida y ágil, que te sumerge en los acontecimientos y que te ofrece unos personajes bien construidos, con los que puedes empatizar y de los que quieres saber más. El tiempo y el espacio son atractivos, ya que son de rigurosa actualidad lo que permite que fabulemos bien con las descripciones de la ciudad y los altercados. Además, la pluma del autor es rápida, sencilla y flexible, lo que permite que el estilo se adapte a las diferentes situaciones.
¿Lo recomendaría? Sí si eres amante del género Z y quieres una nueva historia a la que enganchar. Si no lo eres, creo que es bastante bueno para empezar, ya que no contiene aquellas cosas que, a veces, repelen a los nuevos lectores, como la sangre y las situaciones asfixiantes donde no ves ni una salida racional posible. Espero que, si os animáis, os guste.

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