He intentado no devorarlo de golpe, porque sentía que era de estos libros que vale la pena ir disfrutando. Pero al final he terminado en menos de lo que quisiera porque quería seguir descubriendo los viajes imposibles por los que me llevaba. Está compuesto de relatos muy cortitos, fáciles de leer, y originales, que despiertan la imaginación rápidamente. Me ha gustado mucho la inclusión de la abuela como parte de esto, una figura que alimenta la imaginación del protagonista y le ayuda cuando las emociones la bloquean, añadiendo ese componente indispensable a la mezcla. Las ilustraciones, además, son muy bonitas y completan un poco más el relato al añadir más elementos de esos mundos que se visitan. |