Elling: Hermanos de sangre

Elling vive con su amigo Kjell Barne en un piso vigilado en Oslo. Frank es el trabajador social que viene a echarles una mano en su día a día, aunque tienen mucha autonomía. También tienen una enorme cantidad de ideas preconcebidas, manías y miedos que deben afrontar en un mundo hostil. Su encuentro con su vecina embarazada, Reidun Nordsletten, y los intentos de encajar en la vida cultural de la ciudad por parte de Elling, a través del poeta Alfons Jørgensen, será como una pequeña sacudida en la vida de estos dos inadaptados sociales.
El humor es algo muy difícil de traducir y de entender, pero el trabajo de Cristina Gómez-Baggethun para la editorial Nórdica hace que podamos acercarnos un poco más. No es un libro especialmente divertido desde mi punto de vista, pero sí curioso y muy entretenido. A veces me parecía estar en una Conjura de los Necios algo aligerada, o incluso en una versión en prosa de personajes de Harold Pinter. Sin embargo, Ingvar Ambjorsenen les da a sus personajes una voz natural, sin caricaturas, que los humaniza bastante aunque no siempre podamos entender sus motivaciones.
Es el tercer libro de una tetralogía, la de Elling, y aunque no había leído ninguno de los anteriores, no me ha costado meterme en la historia y seguirla. Gracias a este libro he descubierto que hay una película basada en Elling e incluso hubo una obra de teatro que en España la representaron Carmelo Gómez y Javier Gutiérrez.

Elling posee una complicada e hiperactiva imaginación y ha sido siempre mimado por su madre, así que, cuando ella muere, le cuesta adaptarse a su nueva vida y es internado en un centro, del que saldrá para compartir un piso tutelado en Oslo junto a su compañero Kjell Bjarne, su hermano de sangre, que es su contrapunto en todos los sentidos.

Una lectura que te recuerda que no todos vemos el mundo de la misma manera. Un libro ameno y divertido.