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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
28 November 2017
"Ningún lector habrá llegado hasta aquí sin advertir la deuda que tengo con El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald, pero de todos modos quiero dejar constancia de mi agradecimiento"


"La deuda que tengo..."

Estas palabras las escribe la autora al final del libro. Creo que yo a esto lo llamo el eufemismo del siglo.

Porque no solo tiene una deuda con El gran Gatsby. Es que este libro es un remake de El gran Gatsby (¿se puede decir remake en literatura o solo es válido para cine? Bueno, así se queda). Conforme leía no dejaba de pensar que es como una de esas adaptaciones cinematográficas donde cogen un clásico y lo trasladan a la actualidad, lo adaptan y moldean, y el personaje que era una señorita de clase media del XIX ahora es una estudiante moderna del XXI, y el aristócrata del XIX ahora es un hombre de buena familia que se dedica a los negocios en el XXI, pero la historia que te cuentan es exactamente la misma que la del clásico original. Solo cambia la época, el contexto, las idiosincrasias de los personajes para trasladarlos más de un siglo después... pero en el fondo siguen siendo los mismos, nos están contando la misma historia, sabes lo que va a pasar porque ya lo has visto/leído antes en el clásico original.

Eso es Gorsky. Gatsby. Gorsky. Tampoco se calentó mucho la cabeza la buena de Vesna (aunque se tire dos páginas al final del libro explicando de donde surgió lo de Gorsky).

Tampoco quiero que se me entienda mal. No es un mal libro. No lo es, y de hecho lo he leído en cuatro ratos. Engancha. Es entretenido y narra una historia interesante. Creo que incluso no dudaría en recomendarlo como lectura, porque se lee fácil y bien. Pero claro, es que la base de la historia no se la ha currado ella, simplemente le ha dado otro aire. Y ese el lastre que tiene el libro, que pese a que está bien escrito, con unos personajes bien perfilados, y te atrapan las páginas... realmente los hitos de la historia, los hechos que marcan la diferencia, las escenas cumbre, te las sabes al dedillo si has leído la obra de Fitzgerald. al dedillo. Porque no se salta ni una. Se van cumpliendo las profecías Gatsbyanas página tras página. Gorsky se lee bien porque le ha chupado la sangre a Gatsby. Así que si esta historia es interesante, si tiene la trama que tiene, si el subfondo de cada personaje es el que es... ¿de quién es el mérito? Desde luego yo diría que de Vesna Goldsworthy no.

Y aquí entono el mea culpa. Me dejé llevar. Fui superficial. Soy superficial. Vi esa portada y me pareció tan preciosa que le di la vuelta al libro. Empecé a echarle un vistazo a la sinopsis y leí "librería", "barrio de Chelsea" y "encargo de la mayor biblioteca privada de Europa" y la emoción me cegó. Me cegó por completo. Volé hasta la caja para pagar el libro y llevármelo a lo Gollum. Si hubiese sido menos ansiosa y hubiese seguido leyendo, más abajo pone "Vesna Goldsworthy traslada al héroe epónimo de Fitzgerald al Londres contemporáneo y lo convierte en un oligarca ruso". Pero no lo leí. Es que ni siquiera puedo acusar a la editorial de engañar porque no lo hace. Te lo pone bien clarito en la contraportada. Si luego me he sorprendido de que esto sea una copia moderna de Gatsby, a nadie le puedo echar la culpa. Aunque creo que me lo hubiese llevado igual seguramente de haberlo leído. O no. Depende de por donde soplase el viento.

Me estoy yendo por las ramas. A ver, centrémonos. Gorsky.

En esta reseña no solo tengo que andar con cuidado de no destripar demasiado de su argumento sino de la novela que versiona, así que si ya es difícil reseñar sin spoilear nada de un libro, hacerlo con dos es bastante complicado (aunque, a pesar de que no voy a dar demasiadas pistas y de los evidentes cambios argumentales, quienes hayáis leído El gran Gatsby vais a reconocer el planteamiento inicial sin problemas).

El libro está narrado en primera persona por Nikola Kimovic, emigrante serbio afincado muchos atrás en Londres, que trabaja en un librería en el límite que separa los barrios de Knightsbridge y Chelsea, y que vive en una casita de portero en los terrenos de una mansión que se está construyendo el misterioso multimillonario ruso Roman Gorsky. A pesar de esto, ambos no se conocen hasta que Gorsky aparece en la librería para encargarle a Nikola la mejor biblioteca privada de Europa. No una biblioteca general, sino una biblioteca para un erudito ruso, con miles de volúmenes de primeras ediciones en un estado impecable, donde no solo tenga cabida la literatura per sé, sino también libros de arte, viajes, todos ellos en divesos idiomas... Sobre todo quiere que sea una biblioteca que pueda cautivar a cualquier experto en arte. El dinero no es un problema. de hecho el primer cheque es de 250.00 libras, y después de ese hay muchos más. Así comienza la peculiar relación de ¿amistad? entre Gorsky y Nikola.

Al mismo tiempo, Nikola fantasea con una clienta de su librería, Natalia Summerscale, rusa casada con el inglés Tom Summerscale (empresario y millonario gracias a sus negocios con los rusos) y que, vaya casualidad, vive en la mansión que está justo enfrente de donde Gorsky está construyendo la suya. Natalia es una belleza ("una princesa de otro mundo, de las que detienen el corazón cuando las ves aparecer"... Nikola dixit) que ni parece integrarse en su vida londinense ni echar de menos su patria. Aficionada al arte, hace años que quiere montar una exposición pero nunca parece que vaya a hacerlo realmente. Los libros que suele comprar en la librería de Nikola versan sobre esta temática, y poco a poco conoceremos su historia.

Nikola pronto se verá atrapado y arrastrado hacia la vida de estos tres personajes (Gorsky, Natalia y Tom), a sus lujos, sus fiestas, sus secretos, sus juegos, sus enfrentamientos... y pronto se dará también cuenta de que unas personas que él cree que no se conocen de nada tienen un pasado en común, y que nada es lo que parece ni tampoco casual. de algunas de esas cosas es testigo; de otras se entera gracias a una amiga íntima de Natalia, Gergana (Gery), antigua gimnasta búlgara con la que establece cierto grado de confianza (qué sutil soy cuando quiero). Todos ellos "adoptan" a Nikola en su círculo, cada uno por sus propios intereses y hasta que les sirva para sus propósitos. de esta manera, y de la mano de nuestro librero protagonista, asistimos a pasiones ocultas del pasado que nunca han muerto y que han estado esperando su momento (este momento) para salir finalmente a la luz, desencadenando una serie de sucesos que nos llevarán hasta un final previsible y esperado para quienes conozcan la obra de Fitzgerald, y sorprendente quizás para quienes no la conozcan.

Todo esto, más o menos, resume a los personajes principales y la trama esencial. Y me perdonáis, pero no me resisto a hacer la comparativa de nombres Gorsky-Gatsby:

Nikola. Gorsky. Natalia. Tom. Gergana.
(Nick. Gatsby. Daisy. Tom. Jordan)

(nota: la hija de Natalia y Tom se llama Daisy. Que la buena de Vesna se quedó con la espina de no poder llamar así a la prota porque el nombre de Daisy no es muy ruso que digamos, y ahí lo encasquetó)

Quien no conozca El gran Gatsby, se va a encontrar una historia en la que nada es lo que parece en un principio, donde las relaciones entre los personajes son mucho más complejas de lo que se percibe a simple vista, y donde la autora te arrastra hacia dos mundos completamente distintos que colisionan en un momento dado. Y en esta colisión, en este espacio de tiempo, la mundana realidad de Nikola convive con las excentricidades y exposición de las miserias, pasiones y secretos de este grupo de gente adinerada. Nikola se deja llevar por esa vida de lujos porque le aleja de su monótona rutina, porque quiere estar cerca de Natalia y porque, en cierto modo, sabe que esta experiencia cambiará su vida. Se preocupa por ellos y los convierte en sus únicas y más que sorprendentes amistades en un círculo social carente por completo de ellas, pero también es consciente de que, para ellos, probablemente tan solo sea el librero que llevan, traen, llaman y consultan cuando así les conviene o les apetece, y que de algún modo han dejado fomar parte de sus vidas. le dan una posición privilegiada para ser testigo de lo que ocurre en ellas, y él lo narra en primera persona de la misma manera en que se comporta en el libro, manteniendo las distancias pero sin poder ocultar su grado de implicación en la historia. Sobre Nikola lo sabemos todo casi desde las primeras páginas; sobre Gorsky y Natalia lo iremos descubriendo poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Y así, sin perder detalle de la trama secundaria de la que Tom es protagonista, caminamos hacia un final que difiere mucho de los resplandores y luces de neón que pueblan por toda la narración.

¿En qué estriba el interés de la historia para quien sí conoce El gran Gatsby? En la forma distinta de llegar a lo mismo. En las nuevas vidas que ha inventado para unos personajes de los que ya conocemos su fondo, su idiosincrasia y su destino. En las pinceladas aquí y allá que da sobre libros, ediciones y sobre todo literatura rusa (se intuye mucho amor por los libros por parte de la autora, pero realmente no llega a explosionar, está desaprovechado). Sigo. En la nueva realidad que ha construido para un personaje del que nadie sabe nada sobre la procedencia de su fortuna (aunque hay mil rumores), del que no se sabe nada sobre su vida privada y orígenes (aunque hay mil rumores), que vive rodeado de guardaespaldas y que, aun así, se hace accesible a un Nikola que apenas sale de la librería en que trabaja. Creo que la idea del más que sospechoso multimillonario ruso en la Inglaterra de hoy en día está muy bien traída y es totalmente plausible, y ejemplos de estos tenemos a montones a poco que busquemos y pensemos en ello, sin tener que dar nombres aquí. La historia pierde el glamour de los años 20, y gana en una más que posible realidad de los inmigrantes ricachones que asientan sus ricas posaderas en Londres, aunque la crítica a ese estilo de vida queda más difusa que en la obra de Fitzgerald. ¿Dónde está la pega? En que todas las escenas importantes de la obra de Fitzgerald están. Todas. Cuando entra un personaje en escena, ya sabes lo que va a ocurrir con él y su importancia en la historia (solo se desvía ligeramente en algunos aspectos de la trama secundaria). Lees el libro con interés, porque está bien armado y cuenta una historia interesante, pero sabes exactamente hacia dónde va en todo momento. Y ojo, que aun así a mí me ha enganchado, pero reconozco que decidí obviar el hecho de que ya sabía lo que me iban a contar conforme pasaba las páginas, y me centré sobre todo en cómo me lo contaban.

No me arrepiento en absoluto de haberlo leído, pero también estoy segura que quienes no conozcan El gran Gatsby lo disfrutarán mucho más que yo. Porque no es un mal libro (¿lo había dicho ya, ¿no?), pero si te dedicas a remakear (vuelvo a la palabra y encima la tuneo) la novela de otro autor, que encima es un clásico de estos de renombre y pedigrí (gran novela para mí, dicho sea de paso, aunque sé que hay gente que no la soporta), no puedes pretender estar a su misma altura. Las comparaciones son odiosas, y no creo que sea la intención en ningún momento, pero no sé, no deja de ser una historia que ya conoces contada de otra manera, por otra persona, y con otros personajes y circunstancias. Goldsworthy crea un mundo paralelo al Gatsby de Fitzgerald con soltura y con ingenio, y lo traslada al barrio pijo de Chelsea y sus adinerados habitantes (aunque lleno de detalles inventados, que nadie espere un paseo turístico por la zona), pero a pesar de los inevitables y necesarios cambios, a pesar del ingenio ya mencionado, la trama no se desvía de la espina dorsal de su predecedora ni un ápice, y eso hace que se pierda el factor sorpresa.

En pocas palabras, y me callo ya que me ha quedado muy largo: me parece un libro interesante y entretenido para quien no conozca la historia, y un libro curioso para quien sí la conozca (e igualmente entretenido si se es capaz de obviar este hecho mientras se lee). Pero en mi opinión, y a título personal, creo que habría ganado muchos puntos si se hubiese atrevido a cambiar algunas cosas del original de Fitzgerald, y cuando digo cosas digo escenas cruciales, detalles que hacen de El gran Gatsby lo que es... que se hubiese atrevido a dejar al lector con la boca abierta pillándole por sorpresa en alguna escena donde ocurriese algo totalmente distinto a lo que ya esperase y anticipase que iba a ocurrir. Una vuelta de tuerca al original quizás tendría más valor, impactaría más, pero aun así, y a pesar de todo, mantiene bien el tipo.

Y sí, me han entrado ganas de releer El gran Gatsby. Otra vez.
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