El señor de las moscas

Un grupo de niños han caído en una isla desierta sin ningún adulto alrededor, pronto se elige a un líder que resulta ser Ralph, pues no sólo es de los mayores (tiene doce años), también es hermoso y lleva una maravillosa caracola entre las manos; para los demás resulta fácil elegirlo como jefe a pesar de que llevan casi nada de conocerse, el único que no está de acuerdo con semejante designación es Jack, pero Ralph apacigua los ánimos dándole la importante misión de ser el líder del grupo cazador.


Al inicio todo va bien, ser libres sin un adulto que éste encima dando órdenes resulta genial, pero pronto Ralph se da cuenta que sus órdenes no se cumplen, que tienen que hacer una fogata para que los rescaten y nadie se ocupa de ella, que nadie lo apoya para hacer refugios, que ser líder pesa más de lo que hubiera pensado en un principio.

La pequeña sociedad entra en decadencia cuando el miedo y las rivalidades se vuelven patentes, la isla virgen y salvaje los incita a olvidarse de las reglas y el decoro, Ralph quiere seguir su sentido común, quiere contenerlos, pero es como si una cortina le tapara la visión y no lo dejara hablar. Ante el contacto con lo desconocido se desata la violencia con catastróficas consecuencias.

Éste libro es mucho más de lo que se ve a simple vista, otorga un espejo claro y certero de lo que sucede con la sociedad y las tendencias malignas que habitan en ciertos hombres y aunque todo es relatado con la simplicidad de los niños ciertamente sus acciones alcanzan extremos que rebasan su edad.

¿Pavoroso?, sí, ¿recomendado?, ¡por supuesto!

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