Las almas muertas

Las almas muertas, Nikolái Gógol, edición ilustrada de Alberto Gamón (fijaos en la delicadeza y simbología de la portada).
Terminar con Gógol una maravilla, tal y como esperaba. Leer Las almas muertas es una experiencia diferente a cualquier lectura, incluso si es de Gógol. Reírme, sonreírme y arquear las cejas ha sido mi estado continuo durante la lectura. Muchas veces asociamos la literatura rusa a altos niveles de tristeza, melancolía, injusticia...aquí el título puede confundir pero simplemente expone. Estamos ante un argumento extravagante y absurdo, un hombre compra almas (esclavos) muertos a otros terratenientes con el fin de que le den tierra al poseer suficientes esclavos (cuentan como vivos hasta un lejano futuro censo) . Cada negociación de almas muertas es más tremenda, y el que aparece como inteligente estratega de semejante entuerto acaba donde tal estupidez podía acabar. Y los personajes…todos merecerían libro propio, por poco que los describa, por poco que aparezcan, los nombra y no sé que hace que ya existen. Las risas son lo más, las mentiras descaradas, el peloteo entre pares, los retratos de la misma naturaleza, la estupidez de pobres y ricos…Gógol toma la Rusia rural como un pretexto para construir un mosaico de situaciones geniales, escritas de manera genial. No hay frase que no lleve detrás algo, pero no es moral, ni reconviene, ni sermonea…disfruta en mi opinión de llevar su escritura por los lugares inmensos a los que llega su creatividad. Su teatralidad en prosa es la mayor baza para nuestro deleite y jolgorio lector, ¡que apartes hacen los personajes! Cuando lees sobre él y conoces que no pasó apenas tiempo en el campo ni entre pobres almas, comprendes que hay escritores y además hay genios, los que de la nada crean todo esto. Cierto es que la segunda parte de Las almas muertas , recuperada a trozos después del destrozo del propio Gógol que no consigue llegar a la plenitud de la primera parte ,no es redonda, faltan fragmentos o simplemente hay capítulos que están inacabados, pero deja igualmente situaciones inolvidables.
No tengo ni los conocimientos ni el talento para hacer justicia con mis palabras a Gógol, y en un muy recomendable libro titulado ‘Curso de literatura rusa', que recoge las clases universitarias dadas por Nabokov, el escritor de Lolita se extiende magistralmente y sin piedad acerca de escritores y novelas rusas. En el capítulo Las almas muertas describe el genio y proceso creador de Gógol en una lección imprescindible.
Si no habéis leído a Gógol hacedlo.