 |
Fairy Oak sufre las consecuencias del Terrible 21. Sin embargo, sus habitantes intentan llevar una vida normal. ¿Podrán hacerlo cuando el Enemigo está tocando a su puerta? Sin duda alguna, Fairy Oak, El encanto de la Oscuridad es una secuela. En este libro podemos comprar las consecuencias que se han sufrido en el Terrible 21, que apareció en el primer libro. El miedo que sienten los personajes lucha con las escenas de la vida diaria, como levantarse por la mañana o ir a la escuela. Este contraste hace que el libros sea tan interesante y mágico como el anterior. Además, en esta ocasión, la narración en primera persona de Felí y la tercera persona cuando no aparece el hada, nos encontramos con que se intercala unas páginas de un libro, que nos cuenta un suceso muy anterior al presente y que sirve para entender mejor el mundo en el que está ambientada la saga de Fairy Oak. En cuanto a los personajes, siguen siendo tan adorables como en el primero. Vemos la evolución de cada uno de ellos y las consecuencias que han tenido las acciones y las decisiones. Las gemelas, Pervinca y Vainilla, parecen más juntas que nunca y, al mismo tiempo, un abismo las separa: no solo en cuanto a la magia que cada una puede hacer, sino también a sus formas de ser. Se enfretarán a grandes retos que pondrán a prueba su amistad y sus creencias. No obstante, a pesar de que este libro es una continuación del primero, también sirve como punto de partida para el final. Presenciamos la primera gran batalla contra el Enemigo y los resultados que ha tenido entre las gentes de Fairy Oak. La historia, aunque juvenil, se hace más oscura a medida que se acerca el final; eso sí, no deja de enseñar valores que cualquier persona debe concocer como no rendirse nunca o la importancia de la amistad y la confianza. En resumen, Fairy Oak, El encanto de la Oscuridad es la continuación de una historia llena de fantasía mágica para todo el mundo. La gente de Fairy Oak se prepara para el gran desenlace de esta historia que conquista a quien se atreva a conocer a Pervinca y Vainilla. |
>
