Mar Blanco

“Los tres —me dijo— habían llegado a las islas Solovkí a principios de agosto. Fabio, arquitecto. Francesco, también arquitecto. Enrico, profesor. Los tres eran de Florencia, los tres tenían entre treinta y treinta y cinco años.” ~ Mar Blanco de Claudio Giunta.

Narrado en primera persona por Alessandro Capace periodista freelance que un día decide partir a las islas Slovki en el Mar Blanco con el fin de investigar la misteriosa desaparición de tres amigos italianos que viajaron allá un año año. Acompañado de su ex Julia, quien le sirve de intérprete y de fotógrafa, Capace se integra en el pueblo y va conociendo a los habitantes de la isla. Todos parecen esconder un secreto y este parece relacionado con la rehabilitación del monasterio financiada por la UNESCO.

Comienzo a dudar de mi concepto de thriller y de novela negra. Mar Blanco no es ni lo uno ni lo otro; es más, no sé muy bien qué es. El libro está fantásticamente escrito y va narrando no sólo la investigación del periodista sino la vida y los pensamientos de Alessandro. Más que misterios, porque no lo hay, al igual que tampoco hay giros ni tensión ni ninguno de esos ingredientes de las novelas policiacas, el libro reflexiona sobre la vida actual, sobre la paternidad, sobre el oficio del periodismo. Avanza sin prisa a lo largo de las poco más de 300 páginas hasta el desenlace final en el que tampoco te sorprendes. Más que nada porque la lectura es constante y estable y con esa misma sensación te quedas.

En fin, ¿imprescindible? No, para nada, podía haber pasado sin él y pasará por mi memoria sin pena ni gloria. Tampoco me ha dejado mal sabor de boca ni he tenido la sensación de haber invertido mal mi tiempo porque está muy bien escrito y de ahí siempre se aprende. Eso sí, si buscas páginas llenas de tensión, giros, misterio, gritos o sangre, en este libro no las encontrarás.