Fui leyendo El Decamerón en el transcurso de casi dos meses, a razón de dos cuentos por día. Creo que jamás lo hubiese terminado de haber intentado leerlo de un tirón. Algunas de las historias son divertidas, otras son bastante aburridas (sobre todo las que hacen un despliegue lleno de clichés de la tradición del amor cortés), algunas son sorprendentemente picantes para la época en que fueron escritas, y en muchas de ellas se critica mordazmente a los miembros de la Iglesia Católica, lo cual también me pareció bastante atrevido para la Edad Media, en que el poder eclesiástico era absolutamente todo. El empleo de la narración-marco me resultó muy interesante, y sobre todo cómo Boccaccio va seleccionando las historias en función de aquellos a quien les toca contarlas (por ejemplo, Dioneo pide contar siempre la última historia sin estar sujeto a las consignas del día, para terminar siempre la jornada con una historia amena y divertida). Sin embargo me resultó muy difícil tolerar la misoginia que permea cada página de esta obra. En muchas de las historias se ejerce una violencia terrible hacia la mujer, en una de ellas inclusive un hombre visita al rey Salomón porque no logra que su esposa lo obedezca, y el consejo salomónico es que la golpee hasta que entre en razón. Pero más violentos me resultaron los comentarios misóginos y patriarcales puestos en boca de las mismísimas mujeres, algo cruel, y sin embargo, reflejo de una de las peores realidades de la sociedad patriarcal: algunas de sus más fervientes defensoras son las mismas mujeres, que a veces pueden ser más machistas que los hombres. Para muestra baste este fragmento, puesto en boca de Emilia: "Amables amigas, si con sana mente se considera el orden de las cosas, fácilmente se advertirá que la universal multitud de las mujeres, por la Naturaleza, las costumbres y las leyes, se hallan sometidas a los hombres, y según la discreción de ellos les conviene regirse y gobernarse. Y como lo que necesitan tener con los hombres a quienes pertenecen es quietud, consuelo y reposo, han de ser humildes, pacientes y obedientes, amén de honestas; lo que es sumo y especial tesoro de todas las más discretas. Y en ello las leyes, que al bien común miran en todo, nos amaestran, así como las usanzas y costumbres, que son cosa de grandísima fuerza y reverendad, y además la Naturaleza nos muestra claramente el caso haciendo nuestros cuerpos suaves y delicados, y nuestros ánimos tímidos y medrosos, dándonos sólo ligeras fuerzas corporales, voces melifluas y blandos movimientos de los miembros, cosas todas que atestiguan que necesitamos gobierno ajeno. Y quien necesita ser gobernado y guiado debe, según toda razón, ser sumiso y respetar al que le gobierna. ¿Y quiénes, sino los hombres, son nuestros ayudadores y gobernantes? Por eso a los hombres, honrándoles sumamente, debemos someternos, y la que de esto se aparte merece, a mi juicio, reprensión grave y aún castigo áspero. (...) de espuela ha menester buen o mal caballo, y mujer buena o mala ha de menester de palo. (...) Por naturaleza, las mujeres son frágiles y mudables, y para corregir la iniquidad de las que rebasen demasiado la medida, conviene palo que las castigue, y para sustentar la virtud de las otras conviene palo que las refrene y espante." Nada que agregar. + Leer más |
Presentación desde Barcelona de ESCLAVA DE LA LIBERTAD, de Ildefonso Falcones, que conversará con su editora Carmen Romero.
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SOBRE ESCLAVA DE LA LIBERTAD
Cuba, mediados del siglo XIX
A la isla caribeña arriba un barco portador de una siniestra carga. Más de setecientas mujeres y niñas secuestradas de su África natal llegan para trabajar, hasta la extenuación, en los campos de caña de azúcar y parir hijos que serán también esclavos. Kaweka es una de ellas, una muchacha que vivirá en primera persona el horror de la esclavitud en la hacienda del cruel marqués de Santadoma, pero que pronto demostrará a quienes la rodean que posee la facultad de comulgar con Yemayá. Esta es una diosa voluble que, en ocasiones, le concede el don de la curación y le proporciona la fuerza para liderar a sus hermanos de raza en la lucha por la libertad contra unos opresores que han logrado esclavizar sus cuerpos, pero no sus almas.
Madrid, época actual
Lita, una joven mulata, es hija de Concepción, la mujer que lleva toda la vida sirviendo en casa de los marqueses de Santadoma, en pleno barrio de Salamanca, al igual que hicieron sus antepasadas en la Cuba colonial. A pesar de tener estudios y ambición profesional, la precariedad laboral obliga a Lita a recurrir a los todopoderosos señores de Santadoma en busca de una oportunidad en la banca propiedad del marqués. A medida que se sumerge en las finanzas de la empresa y en el pasado de esta riquísima familia, la joven descubre los orígenes de su fortuna y decide emprender una batalla legal en favor de la dignidad y la justicia, que merecen tanto su madre como todas las mujeres que entregaron sus vidas al servicio de unos blancos que nunca las trataron como a iguales.
Una deslumbrante novela sobre dos mujeres valientes que combatirán, cada una con sus armas, el racismo y la injusticia, escrita por el autor español de novela histórica más importante de nuestro tiempo. Un rendido homenaje al papel de las mujeres en su lucha por la justicia y la libertad.
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SOBRE ILDEFONSO FALCONES
Ildefonso Falcones, casado y padre de cuatro hijos, es abogado y escritor. La catedral del mar, su primera novela, se convirtió en un fenómeno editorial mundial sin precedentes, reconocida tanto por los lectores como por la crítica y publicada en más de cuarenta países. Fue también merecedora de varios premios, entre ellos el Euskadi de Plata 2006 a la mejor novela en lengua castellana, el Qué Leer al mejor libro en español del año 2006, el premio Fundación José Manuel Lara a la novela más vendida en 2006, el prestigioso galardón italiano Giovanni Boccaccio 2007 al mejor autor extranjero, el premio internacional Città dello Stretto 2008 y el Fulbert de Chartres 2009. En 2018 se convirtió en una exitosa serie de televisión emitida por Antena 3 y TV3, y que en la actualidad también está disponible en Netflix.
Su segunda novela, La mano de Fátima (Grijalbo, 2009), fue galardonada con el premio Roma 2010 y La reina descalza (Grijalbo, 2013), su siguiente obra, recibió el premio Pencho Cros. Los herederos de la tierra (Grijalbo, 2016) supuso la esperadísima continuación de la catedral del mar y también se ha convertido en una serie estrenada recientemente en Netflix. En El pintor de almas (Grijalbo, 2019), el autor retrataba los albores del siglo XX cuando el Modernismo arquitectónico cambió la faz de Barcelona. Todas ellas han recibido numerosos elogios de la crítica y el apoyo incondicional de los lectores.
Con más de once millones de ejemplares de su obra vendidos en todo el mundo, ahora Ildefonso Falcones aborda de nuevo un tema de gran calado social y hu