La bruma verde

Hoy vengo a hablaros de "La bruma verde", la novela galardonada con el prestigioso Premio Fernando Lara de este 2020. Un thriller de aventuras con el que su autor se sale de su registro habitual, el histórico, para llevar a cabo un alegato a la preservación del medio ambiente, tremendamente emotivo y que calará hondo en la conciencia del lector.

Diciembre de 2009. Una pequeña aldea de la República Democrática del Congo, de no más de veinte chozas, será quemada y toda su población masacrada. Tan solo sobrevive la joven Bineka, quien tras escapar de sus captores convivirá durante meses entre chimpancés, como una miembro más de ellos, en medio de la selva. Por otro lado, Lola Freixido, directora de una multinacional de telefonía, viajará hasta África para ayudar en la búsqueda de Beatriz Arriondas, su mejor amiga y cooperante de una ONG que ha desaparecido…

"La bruma verde" articula su trama en dos hilos argumentales que se desarrollarán en paralelo y acabarán fusionados, al igual que las vidas de sus dos protagonistas, mujeres fuertes, valientes y generosas, de culturas diferentes, que unirán fuerzas para tratar de cambiar el mundo.

Con una narrativa descriptiva y muy visual, una prosa concisa y sencilla, una cadencia marcada a golpe de capítulos de corta extensión, alguno que otro obviable, un suspense magistralmente dosificado que irá in crescendo conforme avanzamos en la lectura y de la mano de un narrador omnisciente que sitúa el foco de atención sobre los distintos personajes, Gonzalo Giner ha tejido una sólida historia en la que destaca la excelente ambientación, cartografiada con precisión gracias a una exhaustiva labor de documentación que sumerge al lector en el drama de una tierra que agoniza. Conforme avanzaba en su lectura me veía superada por la descarnada realidad que se vive en lugares como aquel y que impresionan mucho. Te sentirás parte de esa tierra lacerante, de humilde población, donde sobrevivir de un día para otro es un auténtico milagro, sintiendo en propia piel la preocupante situación del expolio que padece ese país africano.

Milicias ruandesas y ugandesas que reclaman tierras para su país, mafiosos del coltan (este tema me ha recordado una novela de Alberto Vázquez-Figueroa en la cual se aborda el problema de la explotación de este mineral, titulada "Coltan"), las talas ilegales o la caza furtiva forman parte de una realidad que el autor sacará a la luz. Miles de hectáreas de selva vendidas al mejor postor para explotarlas como tierras de cultivo para consumo humano y animal. Una situación que, según se denuncia en el libro, cuenta con el beneplácito de autoridades y altos cargos del gobierno congoleño a cambio de buenas tajadas.

Un amplio friso de personajes secundarios puebla las páginas de este libro, todos pincelados en su justa medida, pero destacando como la luz de un faro en medio de un océano calmo los de Lola y Bineka. La primera es una mujer que ha debido superar infinitos impedimentos para llegar hasta donde está en su profesión. Una mujer apasionada del trabajo y con una nula vida social que acabará sucumbiendo al color, los sonidos y los olores de una naturaleza tan salvaje como peligrosa. La suya es la mirada occidental, una visión de la situación que se transforma y evoluciona después de enfrentarse a los males que aquejan aquella zona. Sin embargo el arraigo al lugar de nacimiento está muy presente en el personaje de Bineka, una joven de piel oscura y ojos color esmeralda, hija de la tierra que la ha visto nacer. Por otro lado, los chimpancés cobran especial protagonismo en esta novela, pero prefiero que lo descubráis los futuros lectores.

Esta novela es un homenaje al esfuerzo de aquellos cooperantes que voluntariamente dejan atrás sus vidas para trabajar por el bien de los demás. En ella también hay cabida para el amor y el desamor, el sufrimiento, el valor de la amistad y la lealtad a la tierra, pero sobre todo pretende concienciar sobre los problemas de aquella zona del planeta que está siendo víctima del desmedido egoísmo de multinacionales empeñadas en expoliarla de sus riquezas naturales, deforestando amplias extensiones de selva. Da visibilidad al desamparo de su población y cómo afecta la tala indiscriminada no solo a los pobladores de la zona, tanto personas como animales, sino al planeta entero. La selva congoleña, ese inmenso paraíso natural de frondosa espesura que lo invade todo y del que sentirás que formas parte, se convierte en un personaje de peso en la historia. Un verdadero espectáculo de insultante verdor con aromas a madera vieja y a vegetación condensada, que es uno de los dos pulmones de la Tierra y una de las últimas reservas de vida natural sin explotar. Una zona con incontables recursos naturales….

Sintetizando: "La bruma verde" es una novela donde se mezcla la aventura con el suspense y, a ritmo de thriller, llevará al lector hasta el ambiente hostil que se vive hoy en día en ese bosque tropical que es la selva congoleña. Un lugar especial, vulnerable a la extinción por la deforestación y sobreexplotación de sus preciados recursos naturales. Todo un alegato medioambiental con el que su autor elogia la labor de los cooperantes que se juegan la vida intentando cambiar el mundo, y que recomiendo porque removerá conciencias.
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