Caen estrellas fugaces

La novela empieza con un pequeño prólogo dentro de la cárcel, en el primer capítulo nos presentan al conde Maximiliano del Fierro, creo que es el primer personaje que en las primeras páginas de un libro he llegado a coger asco.



Tiene una buena trama, con personajes distintos bien estructurados, como he dicho antes, el conde se puede pudrir en los infiernos, y yo seré feliz.





El inspector Granada, en qué hora se vino a vivir a Madrid.



Elisa, una mujer fuerte, se ha abierto paso en la vida, con todo lo que en sus hombros lleva.


Leónidas, un personaje que sufrió bastante, trabajando para la iglesia, con sus demonios internos, ahora lo está pagando.



Nadya, esa mujer, que cae en la mitad del patio de la cárcel, venida del cielo, con heridas en la espalda.



El alcalde, el cura, André...tenéis que leer la novela para conocerlos a fondo. Alguno de ellos os sorprenderá.



Recorrer el Madrid del siglo XIX, con esos dos investigadores que no pueden ser más diferentes el uno del otro, por un lado una vidente, y por el otro un inspector que no cree en nada más de lo que tiene enfrente de la nariz.



Las imágenes en los distintos capítulos, es un toque que agradezco, te hacen sumergirte un poco más en la historia.

Me ha gustado mucho el recorrido por ese Madrid sucio, viciado, negro, misterioso de sociedades secretas.


Dándonos datos de esos edificios, calles, pasadizos, murallas, que te sumergen en la historia, es como si fueses otro de los transeúntes, de Madrid.

Está claro que la novela ha nacido del trabajo duro, de una de dedicación plena en los detalles.


Hay cosas al final de la novela que se dejan un poco en el aire, así que espero que tenga una segunda parte, si es así, tengo por seguro que la leeré.


Me quedo con la frase de:



..."Créame, la noche será de ellos, pero la oscuridad es mía"...