Ocho millones de Dioses es una novela que narra un hecho histórico mezclado con ficción. Un recorrido por un Japón feudal arrasado por las guerras en la que el padre Martín Ayala, un jesuita que pasó parte de su vida en dicho país se ve obligado a volver al País que tuvo que abandonar un tiempo atrás para descubrir al asesino de varios miembros de la misión. Su conocimiento del país, de la lengua y de sus costumbres le convierten en la persona adecuada para descubrir al asesino. En su vuelta a tan peligrosa tarea le acompañará un joven samurai que se convertirá en su protector durante su recorrido, sin embargo las vivencias y los acontecimientos que se ven obligados a vivir hacen que entre ellos surja una gran historia de amistad y respeto mutuo que les acompañará en tal viaje. Una historia complicada con numerosos asesinatos, traiciones y reencuentros con personajes del pasado hasta que dieron con el verdadero culpable. La novela, en general como historia está bien. Si que es cierto que al principio se hace muy tediosa y difícil de seguir. Demasiados personajes, historia complicada y numerosos vocablos en japonés que dificultan su lectura. Es innegable que David B. Gil tiene un amplio conocimiento de la cultura japonesa por la cantidad de detalles y la meticulosidad con la que la describe. La verdad es que pasado la mitad del libro la historia comienza a engancharte y al final no quieres que se acabe. Es mi primer libro de este escritor y espero que no sea el último |