El guerrero a la sombra del cerezo

Una pequeña reseña para un gran libro. ¡Cómo lo he disfrutado!

He viajado al Japón feudal de principios del siglo XVII, me he metido en la trama y en algún momento, me he emocionado. 700 páginas que me he leído en un suspiro. Uno de esos libros -raro en mí- que llega un momento en que cuentas con pena las páginas que quedan por leer, no quisieras que acabase tan pronto.

Un libro maravillosamente escrito, donde todo fluye, la trama se entremezcla con pequeños detalles para situarte y crear, de una manera sutil, esa ambientación necesaria en cualquier libro.

Los personajes están muy bien perfilados, incluso esos personajes secundarios que a modo de cómplice con la trama te deparan alguna sorpresa final. No son personajes planos. Seiko Ikeda, nuestro protagonista, es un niño de nueve años, el único superviviente de su clan, muestra una gran evolución en esta historia de venganza y redención, pero mejor que lo conozcáis con la lectura del libro. Kenzaburo Arima, el último samurái al servicio de los Ikeda, que representa la tradición, el honor, la lealtad a su señor, tendrá que convertirse en el mentor y protector de Seiko. Bonita y dura relación han mantenido, pero Kenzaburo es un personaje anclado en el pasado, muy consciente de cuál es su papel y su lugar. No faltan personajes femeninos, sorprendente el papel/profesión de Yuki y de Itoo en aquella época. Pero si tengo que destacar un personaje secundario que brilla con luz propia es Asaemon Hikura, dos veces me tocó leer un tramo para confirmar que se trataba del mismo personaje.

En cuanto al ritmo de la obra el autor ha sabido jugar muy bien con los tiempos. Durante gran parte del libro se intercalan dos escenarios distintos, el relativo a Seiko y el de Ekei Inafune, un médico un tanto especial, avanzado a su tiempo, dado que ha aprendido alguna técnica un poco más moderna. Ekei, dentro de esas relaciones de servilismo tradicionales es enviado como espía a infiltrarse en otro clan. Es la figura que se cuestiona o mejor dicho, nos muestra esos pequeños cambios/avances en contraste con la sociedad tradicional. Incorpora una nueva variante en el libro con mayor intriga y dinamismo, desde las triquiñuelas que tiene que hacer para introducirse en el nuevo clan hasta algún caso que tiene que atender o investigar -predecible quién, pero no cómo-. Con los personajes femeninos de la trama de Ekei veremos el contraste entre el papel tradicional reservado a algunas mujeres y el estatus alcanzado por otras en profesiones reservadas hasta la fecha solo a los hombres. A lo que iba ...., el autor ha sabido crear esa sensación de ansia por seguir avanzando en las tramas alternas entre Seiko y Ekei. Y cuando convergen las tramas mantiene el ritmo, la intriga y la tensión, es cuando empiezas a ser consciente de que lo bueno se acaba, que no quieres que llegue el final.

Mencionar que después de conocer la historia, el título me ha parecido muy apropiado.

Creo que ya no me quedan más elogios en esta reseña que se ha ido alargando y no puedo más que recomendar su lectura como lo hicieron conmigo. Anímate a viajar al Japón feudal de la mano de este libro, con poco que te guste la ficción histórica lo vas a disfrutar. Por mí parte, en cuanto pueda continuaré con los otros libros publicados por este autor.

Como no podía ser menos:

Valoración: 10/10
Lectura: agosto 2022.