Diario de un estudiante. París 1914

Es una crónica perfecta de como vivieron los habitantes de París los primeros días de la Gran Guerra. Adaptada para publicarla en periódicos, se centra más en los testimonios de las personas que se encuentran en la pensión o que él conoce de su tiempo vivido en la ciudad, cosas que escucha en un bar o mientras pasea por las calles vacías de la capital. También nos informa de los movimientos del gobierno y de los documentos que van apareciendo en su camino.
Sorprende la comparación que hace entre las personas de alta sociedad francesa en su resolución a verse obligados a luchar en una guerra con como lo haría un español en la misma situación.
Las relaciones humanas que se ven de cariño y respeto entre los habitantes de la pensión, donde cada uno es de un lugar distinto de Europa. La pequeña familia que habían creado allí, se va separando poco a poco con el paso de los días.
La manera de narrar sus últimos días en París, la peripecia de encontrar billetes para salir de la ciudad, la marea de gente agolpándose por todos lados, la soledad de ser el último en partir y todos los reveses que le suceden hasta poder llegar a España.
La forma de narrar es entretenida y agradable, con la excepción de algunos capítulos del comienzo que son un tanto políticos y más pesados. Con muchas referencias a momentos clave de la historia y con mayor reiteración 1870, que fue el año en el que se firmó la Tercera República de Francia y se termina así el segundo periodo de gobierno de Napoleón.
Los capítulos que se centran en las historias que cuentan terceros son los más amenos y entretenidos.
Ha sido una lectura entretenida, para leer poco a poco y con la que se puede aprender mucho sobre la vida, los gobiernos, la humanidad de las personas y las mentiras.
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