El espectro de Aleksandr Wolf

Es esta una narración clásica, muy al estilo centroeuropeo, en la que importa más el qué se dice que el cómo, aunque este sea impecable. Tal es así, que la historia, que empieza de forma insuperable con la anécdota que se explica perfectamente en la sinopsis, se desarrolla después mediante una serie de imposibles casualidades con las que se quiere ir dejando un halo de misterio cuya explicación se va intuyendo con excesiva antelación, mientras que otros hechos, a los que al autor les dedica un espacio excesivo, parecen haberse introducido en la novela con el único propósito de poder alcanzar un número de páginas adecuado. Despojado de esos callejones sin salida, habría resultado un cuento soberbio.

Y no es que la novela en conjunto esté mal. de hecho, es considerada por muchos como obra maestra, aunque esto no diga mucho a estas alturas. Cierto es que la historia te empuja continuamente, aunque solo sea para poder comprobar si todo aquello que se va intuyendo se llega a confirmar (y se confirma). Y sin ser esto algo menor, el objetivo del autor está más en todo el aparato psicológico y filosófico que acompaña el relato al que dotó con toda intención de toques detectivescos.

Pero tampoco se puede decir que el autor fuera muy original en las ideas que quiso exponer. Quién no ha tenido la impresión, al echar la vista atrás, de que nuestro presente no es más que el producto fatal de una serie interminable de, a gusto del consumidor, hechos totalmente azarosos o bien un curso determinado por el destino.

“La secuencia de acontecimientos de toda vida es maravillosa”

De igual forma, nosotros mismos, cuántas veces no habremos sido instrumentos de ese azar o de ese destino en el curso de otras vidas, que, a su vez, también condicionaron las de otros muchos y así hasta abarcar a toda la humanidad

“Toda existencia humana está ligada a otras existencias humanas”

De ahí que cualquier hecho banal puede ser el inicio de todo un universo de posibilidades al mismo tiempo que cierra la puerta a otros muchos (“De uno de mis movimientos había surgido un mundo entero). Uno de estos hechos, no banal precisamente, es el asesinato, el acabar con la vida de una persona.

“El amor, el odio, el miedo, la piedad, el arrepentimiento, la voluntad, la pasión ,cualquier sentimiento y cualquier conjunto de sentimientos, cualquier ley y cualquier conjunto de leyes, todo se vuelve impotente ante el poder instantáneo del asesinato… si me sintiera atraído por él, lo demás, que se encontraría fuera de los límites de esta idea, me parecería quimérico, inexistente y sim importancia, y no podría ya compartir ese interés por una serie de cosas insignificantes que constituyen el sentido de la vida para millones de personas.”

Y no solo está preocupado por las consecuencias que tiene disponer de la vida de una persona, también quiere resaltar como la propia existencia de la muerte nos condiciona irremediablemente...

“Si no conociéramos la muerte, no conoceríamos la felicidad, ya que, si no conociéramos la muerte, no podríamos apreciar el valor de nuestros mejores sentimientos, no sabríamos que algunos de ellos nunca se repetirán y que sólo en el presente los podemos comprender en su totalidad.”

… y poco, nos viene a decir el autor, podemos hacer ante lo inevitable,…

“La vida que el destino nos ha asignado no puede ser otra, ninguna fuerza es capaz de cambiarla, ni siquiera la felicidad, que es del mismo orden que la idea de la muerte, ya que encierra en sí la idea de inmutabilidad. al margen de lo inmutable no hay felicidad.”

… ese hecho que saca de nosotros lo que de ninguna otra forma hubiéramos sabido que teníamos dentro.

“Esta disposición inmóvil al crimen, por lo visto, siempre había existido en mí… Si Wolf no hubiera existido, habría permanecido en el ámbito de mi imaginación.”

Y junto a esto, que es la columna vertebral de la historia, hay otros temas, como el amor, también de gran relevancia en el relato, lo que nos condiciona en nuestra visión del mundo y en nuestra actitud hacia él…

“Todo amor es el intento de retener el destino, es una ilusión ingenua de una breve inmortalidad… de todas maneras el amor, seguramente, es lo mejor que nos ha sido dado conocer.”

… o el peso de los recuerdos, la culpa, el arrepentimiento.

“A veces estaba dispuesto a maldecir mi memoria, que conservaba muchos recuerdos, sin los cuales me habría sido más fácil vivir.”

En fin, una historia entretenida e interesante, aunque con demasiados altibajos.

La presente novela de Gazdánov se podría llegar a pensar que parte de la experiencia de los acontecimientos vitales que atravesaron la vida de este autor. Escritor y periodista, cuando era adolescente se alistó en el ejército blanco en plena guerra civil rusa. Después en el exilio, en concreto, en 1923 recala en París donde compaginará todo tipo de trabajos con su interés por la literatura.

La historia abre con un hombre que encuentra un volumen de relatos donde se narra un cuento con un asombroso parecido a un terrible suceso de su pasado: el asesinato que cometió contra un soldado enemigo durante la guerra cuando era un adolescente. Lo curioso de este asunto es la precisión de detalles que aporta el escritor de este relato de nombre Aleksandr Wolf. Datos que solo puede aportar la víctima, pero ¿cómo es esto posible? Este gran interrogante que nos plantea la sinopsis nos abre paso a una breve, pero intensa novela narrada con gran inteligencia y saber hacer que trata innumerables temas que trataremos en las siguientes líneas.

El protagonista es un ruso exiliado en el París de la década de los años 20. de profesión es periodista, aunque no descarta dedicarse en un futuro por completo a la literatura. Durante toda su vida ha sufrido la culpa y el arrepentimiento por el asesinato comentado anteriormente. Una carga demasiado pesada sobre sus hombros que ha condicionado su vida.

Uno de los principales pilares de la novela es la reflexión acerca de la culpa y cómo los hechos fortuitos o casuales pueden marcar toda una vida. La fragilidad de la existencia, nuestro paso efímero y sobre todo la muerte como gran tema sobre el que gira toda la trama.

La prosa de Gazdánov hila de manera maravillosa reflexiones sobre innumerables cuestiones: el amor, el pesimismo ante el significado de la vida, el sinsentido de la guerra.

Dentro de la novela se conjugan variados conceptos que la hacen una mezcla de thriller policíaco, novela existencialista con un marcado carácter psicológico. También posee momentos de intriga y suspense donde el azar baraja las cartas y la casualidad da paso a la fatalidad, al recuerdo, a las cicatrices y el sentimiento trágico que acompaña a todos los individuos que han sobrevivido y tomado parte en sucesos bélicos. La importancia del individuo, así como el peso del pasado y sus acciones, consecuencias e interrelaciones con otros.

Acantilado nos trae esta obra con un buen trabajo de traducción que sin duda es recomendable leer. Una pequeña obra interesante, bien elaborada, quizás con un único punto negativo y es que el final es predecible. El autor para sortear este obstáculo introduce unos acontecimientos intermedios para desviar atención del lector y dilatar el final. No obstante, no deben perderse su lectura. Gazdánov es un autor que no debe caer en el olvido.
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