La casa del páramo

«La casa del páramo», de Elizabeth Gaskell, ha sido el primer libro que he leído de esta autora y tengo que decir que ha sido un inicio, cuanto menos, sorprendente, y no necesariamente para bien; si seguís leyendo os lo explico.

La cosa empezó muy bien, con una historia agradable, escrita con una prosa muy cómoda y fluida, unos personajes interesantes, una trama que captaba la atención… en definitiva, una historia entretenida de esas que sin ser extraordinarias te hacen pasar un rato agradable. Además, aproximadamente hacia la mitad del libro la historia se puso bastante interesante, la trama dio un giro que despertó mi interés y me mantuvo intrigada; pero como siempre hay un pero, valga la redundancia, en el último capítulo la autora decidió salirse del molde y sorprendernos con un final que, en mi humilde opinión, nada tenía que ver con el aire de la obra, ni con la trama, ni el ambiente, ¡ni siquiera la forma de escribir era la misma! Sinceramente, parecía estar escrito por otra persona o formar parte de otro libro.

Hay personas a las que un final de este tipo no les hace desmerecer el resto de la obra, pero para mí terminar así una historia hace que el sabor de boca general que me deja la novela no sea bueno. ¿Quiero decir con esto que el libro sea malo? En absoluto. ¿Es un libro que recomendaría? Pues tengo mis serias dudas. Ciertamente es un libro muy corto que se lee enseguida y la parte discordante solamente es el final, con lo que dejo en vuestras manos la decisión de probar suerte o no con él, ¡quizá en vuestro caso un final así mejore la historia! ¿Quién sabe? Pero para mí, con el corazón en la mano, no tiene ni pies ni cabeza.

Independiente de todo esto, no voy a cerrar las puertas a esta autora y volveré a probar suerte con ella, pues no me gusta juzgar a nadie por una sola obra, pero sí que puedo decir que, con la fama que tiene la autora, no esperaba un libro así para nada.

3 🌟 Nos situamos en una cabañita medio escondida en un páramo a las afueras de Combehurst. En ella vive Maggie junto a su madre la señora Browne, su hermano Edward y la criada Nancy. Maggie es una niña buena, trabajadora y sacrificada que anhela el amor de su madre así como el de su hermano, haciendo todo lo que estos le ordenan. Seremos partícipes de cómo se la trata en su casa y del favoritismo de su madre hacía Edward —un niño tirano, egoista, consentido y ambicioso—. La familia entabla una relación especial con el señor Buxton, un terrateniente de buena posición y antiguo amigo del fallecido señor Browne que siente la obligación de prestar atención a la viuda y a sus hijos; les presenta a su familia: la señora Buxton, su hijo Frank y su sobrina Erminia que vive con ellos. A pesar de pertenecer a mundos sociales distintos todos congenian con Maggie, mientras que Frank y Erminia calan a Edward desde el principio. Maggie encuentra en la señora Buxton el cariño y la atención que no le proporciona su madre, esta señora le da una educación a su manera que no recibe en su casa. Erminia se convierte en su amiga y Edward en alguien especial. El tiempo pasa y dejan de ser niños. Ante ciertas situaciones que se producen, Maggie tendrá que tomar decisiones drásticas y llevar a cabo sacrificios para velar por su hermano despota y su madre desagradecida, así como enfrentarse a afrentas desagradables derivadas de los ideales clasistas del señor Buxton.

Disfruto con el estilo de Gaskell. Me ha gustado cómo nos presenta esa casa practicamente oculta, el ambiente rural y la naturaleza, los personajes y las distintas situaciones y relaciones en las que se ven inmiscuidos, que en su mayoría me han parecido bastante realistas y bien narradas. No ha estado mal la lectura, pero tampoco puedo decir que me haya encantado. No sé bien el motivo pero no he llegado a conectar demasiado con la historia ni con sus personajes, aun pareciéndome agradable de leer y amena. La parte final de la novela me sorprendió bastante pero me pareció algo forzado cierto evento y bastante conveniente para quitar de en medio lo que estorba para un final oportuno.

Es éste un cuento edificante, un relato en el que aparecen dos modos de entender la vida y que vemos precipitarse rápidamente a su conclusión, en un apoteósico final que es polémico, glorioso, redondo.

La buena de la señora Gaskell nos ofrece su sabia escritura, plena de matices y compasión, con una acerada y diáfana crítica a los usos sociales enmascarada en una historia dulce e intemporal, como mano de hierro (el interés por sus novelas será eterno) en guante de seda, sin alharacas, sin dejar espacio a la actitud, con un omnipresente gusto y respeto por el lector.

El crecimiento (y "empoderamiento", yes) de Maggie, dos o tres escenas tiernísimas, un hábil recurso a la naturaleza como reflejo (¿no es la causa, verdad?) de los sentimientos, un final que "apunta maneras" (y que proyecta una pléyade de apasionantes historias, además): ¿Qué más se puede pedir a una breve novela?

Me ha encantado esta preciosa historia de Elizabeth Gaskell, tiene una manera única de crear personajes reales, con vicios y virtudes, así como describir el espacio en el que viven de forma detallada.
Esta novela me ha hecho pasarlo mal. Maggie, la protagonista, es tratada injustamente por su madre y hermano, el cual es insufrible y odioso. Ser ignorada por su madre y maltratada por su hermano, sin embargo, no convierte a Maggie en una chica rencorosa o vengativa. Es imposible no enamorarse de su carácter dulce y buena voluntad, y hay que entender que en esos tiempos las mujeres, aun a temprana edad, no se rebelaban contra sus progenitores.
La ambientación de la Inglaterra rural en la época victoriana es impecable y, como es habitual en ella, Gaskell hace un trabajo magnífico a la hora de describir las diferencias entre las clases sociales de la época. Ha sido interesante leer cómo vive la familia de Maggie en comparación con la de Frank y cómo los distintos estratos sociales no se mezclaban. La hipocresía de la época se refleja muy bien en el personaje del señor Buxton, dispuesto a ayudar a la familia de Maggie y ser un buen vecino, pero que no quiere ni oír hablar de una posible relación entre su hijo y la chica.
En resumen, es un libro corto de fácil lectura, que muestra un retrato veraz de la vida en el campo en la Inglaterra victoriana, con unos protagonistas y personajes secundarios espléndidos.

Esperaba una novela con algo más de acción pero aún así me ha gustado. He leído alguna crítica hacia su final pero a mí no me ha disgustado. No me parece que haya destrozado la historia, ni tan poco lo veo muy precipitado, puesto que no me parece que la historia pueda dar mucho más de sí.
Es fácil de leer por su trama sencilla y porque no es precisamente una novela extensa de páginas.

La historia trata de una familia (madre y una pareja de hijos) aislados de la sociedad desde que el padre/marido murió. Pero esto cambia desde que aparece un vecino (importante y adinerado) en sus vidas.
Maggie, la protagonista, es la que más cambios en su vida va a notar. Su hermano y su madre no la tratan con demasiado aprecio precisamente, pero hay quien sí empezará a valorar su afabilidad.

La autora destaca sobre todo lo importante de la humildad, la lealtad, la generosidad. Intentar engañar y estar por encima de los demás no nos lleva a ninguna parte.