Los recuerdos del porvenir

¿Podríamos detener el tiempo? ¿Estamos viviendo en el porvenir? ¿Cómo afectaría a nuestro presente si supiéramos lo que nos depara el futuro? El tiempo es el gran protagonista de Los recuerdos del porvenir, la primera novela de la mexicana Elena Garro, publicada en 1963.

Aquí el tiempo es circular, como en círculo giran las agujas del reloj. Es una rueda dando vueltas donde el presente ya es futuro pero el futuro ya pasó.

Garro hace un retrato de la sociedad mexicana postrevolucionaria: la corrupción, la violencia, el racismo, la criminalidad, la prostitución, el caciquismo, el sitio militar, la explotación sexual, la religión, la burguesía decadente, los terratenientes, etc.

Lo hace con un reparto coral aunque el único narrador es el pueblo de Ixtepec; la memoria del pueblo, el espíritu de sus gentes, la propia tierra, las piedras y los muros y hasta el viento que fueron testigos de estos años oscuros.

Y aún así, sus personajes son inolvidables. El talento de esta escritora me ha parecido impresionante a la hora de dar vida a la gente del pueblo a través de unos pocos detalles singulares o fantasiosos o simplemente a través de diálogos breves, pensamientos o miradas. Esa mirada obstinada de Isabel... todo lo que esconde esa mirada. O el sombrero de copa de Juan Cariño, donde guarda las malas palabras, las que no deberían existir.

Esta novela está llena de poesía y belleza a pesar de la crudeza del momento histórico, está llena de magia, simbolismo. Es de una hermosura y una singularidad que traspasa. Yo aún ando sumergida en su tiempo.

La narración es tan poderosa y tan sublime que comparte lo cíclico del tiempo y una vez que has leído el final vuelves, como subyugada, a su maravilloso inicio. La he releído justo al acabarla, sin descanso. Se ha posicionado entre mis favoritísimas de la vida.