A Oppenheimer, la explosión le trae a la cabeza a Prometeo, castigado por los dioses a causa de entregar el fuego a los hombres, y por un instante se plantea si su osadía no estará desencadenando el fin de la humanidad.
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A Oppenheimer, la explosión le trae a la cabeza a Prometeo, castigado por los dioses a causa de entregar el fuego a los hombres, y por un instante se plantea si su osadía no estará desencadenando el fin de la humanidad.
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—¿Qué diablos pudo ser esa luz? —No tengo la menor idea, pero me alegro de que lo tengamos nosotros y no los japoneses. |
— No me miren de ese modo señores: en nuestra posición, incluso las peores decisiones son mejores que la ausencia de decisiones. Ustedes me están pidiendo tiempo, y tiempo es lo único que no puedo darles. En este caso, el tiempo es el recurso más escaso, incluso más que el dinero, por lo que no les obligo a que se decanten por un único diseño: lo que sí que requiero es unos planos en los que comenzar a trabajar, y les doy una semana para ello.
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A menudo, la diferencia entre el éxito y el fracaso estriba en saber encontrar el momento oportuno.
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Estos son los hechos, señores: nos guste o no, la bomba es posible y será lo bastante pequeña como para transportarla en un avión.
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—Se lo voy a decir solo una vez: este proyecto no constituye la máxima prioridad de sus empresas, sino la única prioridad de todas ellas. El presidente en persona me ha hecho responsable del éxito del mismo y me ha tocado plenos poderes para lograrlo, así que no pienso defraudarle.
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En consecuencia, solicito al Congreso que declare que, debido al cobarde ataque no provocado efectuado por Japón el domingo 7 de diciembre, existe un estado de guerra entre los Estados Unidos y el Imperio de Japón. Franklin D. Roosevelt. |
Tras poco más de un año de trabajo, el comité había llegado a una conclusión devastadora: apenas se precisarían veintiséis libras de Uranio para fabricar una bomba y ésta poseería la potencia equivalente de mil ochocientas toneladas de trinitrotolueno. Un segundo corolario postulaba que la fisión controlada podría aportar energía calorífica para alimentar máquinas y constituiría una fuente de radioisótopos, si bien, una vez considerado el primero, el último casi se antojaba una anécdota.
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Gregorio Samsa es un ...