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Con esta novela nos adentramos de nuevo en la ciencia ficción y los seres sobrenaturales. La idea que Ana Laura Román nos presenta es, en principio, buena. Sin embargo, la precipitación de algunos hechos, así como el modo de resolver la trama, pueden no ser del todo acertadas. La historia comienza con cierta intriga y un apasionado romance. No resulta complicado sentirse identificado con la protagonista, pese a que la trama comienza a enrarecerse conforme se acerca el final. Algo negativo a tener en cuenta es la necesidad de que un editor revise las faltas de ortografía y expresión, para dotar de un mayor sentido a la obra. La redacción de Ana L. Román es clara y sencilla (a excepción de algunas faltas de ortografía y comas mal colocadas), y la complejidad de los personajes está, por lo general, bien desarrollada. Me gusta el hecho de que no sea sencillo conocer la personalidad al completo de la mayoría de ellos, ya que eso dota de un mayor realismo a la novela. ¿Acaso no somos todos complejos a nuestra manera? Debo reconocer que el hecho de volverse cada vez más compleja y enrevesada, hacía que me sintiera atrapada en la lectura, queriendo acabar, conocer el final. Sin hacer spoiler ni adelantaros acontecimientos, debo confesar que me siento confusa con respecto al final de la Vigilante, y no me queda más remedio que esperar a su secuela, Revelaciones. Hay ciertas escenas que carecen de nexo entre sí, dificultando la comprensión, así como ciertos hechos que transcurren en el nudo y desenlace de la obra. Tal vez la autora se haya precipitado a la hora de redactar el final de la obra, ya que resulta algo atropellado y brusco, pese a que deja cierta intriga. Dan ganas de leer la continuación. ¿Qué pasará ahora con Melissa y su familia? Si vosotros también sentís curiosidad, no dudéis en leer la obra. |
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