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Crítica de AlhanaRhiverCross


AlhanaRhiverCross
27 February 2019
Voy a empezar aclarando que acepté esta lectura porque últimamente estoy retomando mi afición al thriller y en realidad me daba igual una que otra novedad pero tenía claro que quería conocer a una nueva autora. No sabía de qué iba y me daba lo mismo, aunque quizás debería haberme informado antes porque al parecer, y aunque es el inicio de una nueva serie autónoma, los personajes de esta novela ya aparecen en otras series (aunque si no me equivoco, como secundarios). No os preocupéis por esto porque yo si no lo hubiera leído al terminar la novela y documentarme para redactar esta reseña, ni me habría enterado, porque la historia está tratada de forma completamente independiente (para que me entendáis, Agatha Christie escribió varias novelas protagonizadas por Miss Marple o Poirot y el orden en el que se lean da exactamente igual porque lo que importa es el caso de esa novela). Así que independientemente de esto, esta novela no ha parado de ser una sopresa tras otra.

Dicho todo lo anterior, el caso en el que se ven involucrados la sargento D.D. Warren y el detective Bobby Dodge es bastante escabroso en todos los sentidos. La trama comienza con el descubrimiento de una especie de sótano secreto en los terrenos del Hospital Psiquiátrico de Boston, abandonado hace décadas. En ese zulo localizan varios cadáveres de niñas desaparecidas 30 años atrás en un estado muy curioso (y perturbado) de momificación. Una de ellas lleva un objeto personal que permite identificarla con un nombre: Annabelle Granger. ¿Qué tiene de extraño? Pues que al día siguiente de que los detalles del macabro hallazgo salgan en las noticias, una treintañera Annabelle Granger se presenta en comisaria viva y sin saber por qué uno de los cadáveres lleva su nombre y Warren y Dodge tienen que averiguar si dice la verdad y por qué no hay ningún registro con su nombre en los últimos años, como si no hubiera existido. Así, la historia abarca unas tres décadas de desapariciones misteriosas, acosadores de niñas, asesinos con trastornos mentales, una familia con tanto que ocultar que hasta ha ocultado su propia existencia durante años y una pareja de policías que tiene una cuenta atrás para resolver el caso porque el asesino no parece estar del todo inactivo y por algo Annabelle se ha estado ocultando hasta ahora.

Curiosamente, el personaje que más me ha gustado ha sido Annabelle, una chica independiente (y tanto, solo tiene contacto con su perra y con un repartidor de UPS que le lleva todo a casa), decidida y obsesionada con la seguridad y con no dejar ningún rastro de sus movimientos. Sabe defensa personal y sabe moverse sin ser vista, tanto literal como figuradamente. A la vez, resulta ser divertida y con un gran sentido del humor, pese a lo difícil que ha sido su vida desde que era una niña pequeña y, sobre todo, a pesar del extraño comportamiento de su familia. También el detective Bobby Dodge me ha parecido muy interesante: un antiguo francotirador envuelto en un caso turbio en el que le cargan el muerto (literal) y tiene que acatar su “castigo” de verse degradado a simple detective de homicidios en vez de seguir como agente de operaciones especiales, pero su formación y su pasado lo convierten en un personaje muy elaborado y que da mucho juego. Por el contrario, y no sé realmente por qué, la sargento D.D. Warren no me ha caído muy allá, aunque al no tener su punto de vista desde la narración y solo desde su interacción con los otros dos protagonistas, no sé si he llegado a conocerla de verdad pero la sensación que me deja es la de una mujer antipática, con poco sentido del humor, demasiado centrada en su trabajo y con poca vida personal.

La novela está narrada de una forma peculiar: los capítulos de Annabelle están escritos en primera persona desde su punto de vista y con su particular sentido de la ironía, mostrando toda su confusión ante su vida, la huida de su familia y la figura de un padre misterioso que no ha permitido a su hija llevar una vida normal, cambiando de identidad y de ciudad cada cierto tiempo escapando de un “hombre del saco” indeterminado durante décadas. En cambio, los capítulos propios de la investigación policial están escritos en tercera persona y siguiendo los pasos del detective Dodge, dejando a la sargento Warren en un chocante segundo plano, teniendo en cuenta que es ella la que da nombre a la serie de novelas que se inician con este caso. al principio creía que este cambio de narradores y de estilo podría ser algo que me ralentizaría la lectura pero no ha sido así, e incluso diría que más bien todo lo contrario. Conocer tan bien los pensamientos, las emociones y las dudas de Annabelle me han ayudado a conectar de una forma especial con ella, mientras que la investigación más fría y aséptica por parte de los policías me han servido para elaborar teorías y empezar a sospechar con cada giro argumental que iban descubriendo.

La sorpresa que me he llevado con esta autora es enorme porque normalmente suelo valorar los libros de misterio en base a lo enganchada que me mantengan y lo interesante que sea el caso, pero en esta ocasión también he podido comprobar lo diestra que es en la construcción de personajes, y eso teniendo en cuenta que se trata de unos personajes que se supone que ya debería conocer, puesto que no son sus primeras apariciones, y aún así he sentido toda su personalidad y toda su historia más alla del caso en el que se ven envueltos. La documentación que hay detrás de la descripción de los protocolos de investigación y de los procedimientos policiales se hace patente en cada fase y da la sensación de estar viendo la resolución de un caso lo más próximo posoble a la realidad. Además, la ironía con la que escribe en muchas escenas y la narración tan experta que tiene ha hecho que no solo leyera y leyera para saber cómo acabaría la complicada resolución de los asesinatos sino porque realmente estaba disfrutando con cada párrafo de su prosa.

9/10

Para resumir, me he encontrado una novela que atrapa por completo por el ritmo tan rápido que coge desde un principio y a pesar de su grosor se lee en muy pocos días porque la autora utiliza tanto la voz ágil de los personajes como el dinamismo de la investigación para hacer que la velocidad de lectura sea vertiginosa. El misterio central es sencillamente fascinante, involucrando varios casos sin resolver, varios sospechosos con historias tan perturbadoras como morbosas, mentiras y secretos que terminan en tragedias y una resolución que seguro que nadie puede ver venir porque la verdad de lo que está ocurriendo está tan perfectamente trabajada que habría que ser la propia escritora para adivinarla. En definitiva, si no habéis leído nada de Lisa Gardner, podéis hacer como yo y comenzar con esta novela porque no influye que esté conectada a otras por los personajes, aquí lo que importa es averiguar quién mató a todas esas niñas en los años 80 y por qué, y esa trama queda tan perfectamente ejecutada que tengo que la certeza de que no va a ser lo último que lea de la autora.
Enlace: http://enmitiempolibro.blogs..
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