Y yo a mí

Hacía ya un tiempo que tenía fichada esta bilogía porque sentía mucha curiosidad por conocer a Elsa García como autora. Además, ambas novelas reciben siempre muy buenas críticas por lo fresquitas que son las historias que cuenta y al terminar esta primera parte sí que he sentido que debería haber leído este libro en verano porque es súper ligero para evadirse durante unas horas. Digo horas porque es muy cortito y se puede leer en dos ratos sueltos, con capítulos también muy veloces (tiene 34 en tan poquitas páginas). Gracias a ello, a pesar de que lo he intercalado con otras lecturas más densas, no he perdido el hilo en ningún momento y me ha servido para entretenerme cuando no me apetecía algo más complicado.
El encanto de esta bilogía reside en sus personajes, y en en concreto tenemos a tres personajes principales como narradores. Jota, Enzo y Gael son los encargados de contarnos la historia desde sus diferentes puntos de vista y así también podemos conocerlos desde la perspectiva de l@s otr@s. Jota es un rayo de sol, una persona que ama la vida y la vive intensamente, simpática y con alegría de sobra para regalar a todo el que la rodea. Sólo con leer sus pensamientos y todas sus contestaciones dan ganas de abrazarla porque también lleva a sus espaldas un historial de tragedias familiares que vamos conociendo mediante breves flashbacks y profundizando en su relación con sus padres, con su abuela y también con sus mejores amigos, Gael o Ana. Por su parte, Gael intenta integrar a su hermano Enzo tras la vuelta de este de Nueva York porque ha perdido contacto con sus amistades en Madrid y está depre intentando superar un desengaño muy doloroso con su exnovia. Así que Gael, como buen hermano, lo lleva a todos sus planes con sus amig@s Jota, Ana, Álex, Juan… Sí, son un grupo muy numeroso pero Enzo sólo parece tener ojos para Jota, a quien hasta ahora únicamente veía como la mejor amiga de su hermano pequeño. Y de aquí partimos.
El resto de la novela son líos amorosos, encuentros y desencuentros, química entre personalidades arrolladoras, tensión sexual por todas partes, celos por culpa de asuntos pendientes… Vamos, que está repleta de tópicos que suelen funcionar muy bien pero que la convierten en una historia demasiado típica. Además, gran parte del libro transcurre como en una especie de luna de miel entre planes súper cañeros, muchas fiestas alocadas y buen rollo entre tod@s. Por eso, el giro drástico hacia el drama que pega llegando al final me lo esperaba más que otra cosa porque no todo iba a ser tan fácil. Sin embargo, lo cierto es que tanto Jota como Enzo acarrean pasados en los que el amor les ha traído más dolor que alegrías y esa profundidad en el tiempo les aporta una construcción de personalidades muy bien narrada, con calma para que vayamos conociéndolos en varias de sus facetas. Son humanos y tienen pensamientos muy realistas, se equivocan, reflexionan sobre sus errores, intentan aprender de ellos y se vuelven a equivocar. Por el contrario, Gael vive en una nube rosa tras haber conocido al que parece ser el chico de sus sueños y no tiene claro que le haga gracia ver cómo su hermano mayor y su mejor amiga, a quien considera una hermana, se hayan cogido esas confianzas tan pronto, sabiendo lo mucho que ambos han sufrido no hace tanto.
Los temas más importantes sobre los que gira Y yo a mí son muy básicos pero muy efectivos. Hay amor por todas partes, todos buscan a su media naranja, algun@s con mejor suerte que otr@s; la amistad está más que consolidada, porque son un grupo muy numeroso pero también muy unido, y en más de una ocasión se definen como una familia, que también es recurrente constantemente, sobre todo por parte de Jota, por sus padres y su abuela, pero también por los hermanos Gael y Enzo, dos chicos cosmopolitas de ascendencia italiana cuyos padres por fin se han asentado en Roma después de haber recorrido medio mundo y haber arrastrado a sus hijos con ellos. También se centra bastante en otros dos elementos: los celos y las infidelidades, de una manera casi repetitiva, porque al acabar la novela me queda una sensación agridulce cuando reflexiono en la manera en que está tratado, sobre todo desde la perspectiva de Enzo y teniendo en cuenta todo su arco argumental. Para mí el libro termina casi perfecto por este motivo y con una buena moraleja, aunque sí que es verdad que termina inconcluso para continuar la historia en la segunda parte. Si no fuera porque me podrá la curiosidad de ver qué pasa con todos estos personajes de los que me he encariñado contra todo pronóstico, seguramente yo dejaría la historia en este punto en el que se queda y cada un@ que saque sus propias conclusiones.
Por otro lado, he podido leer la novela tan rápido gracias en gran parte al estilo de Elsa García y es lo mejor que tiene a su favor. Escribe con una soltura y una sencillez demoledoras, utilizando expresiones, insultos y maldiciones, frases hechas y contestaciones muy cotidianas, algunas de ellas de las que pensaba que sólo utilizaba yo con mis amig@s y es estupendo verlas escritas en historias actuales que las acercan mucho más a quienes leemos, al vernos identificad@s incluso con el lenguaje. Además, destaco como curiosidad que utiliza un recurso que me encanta para dirigirse directamente a l@s lector@s y hacernos parte de la historia, lo que en jerga de teatro, cine o televisión se conoce como “romper la cuarta pared”, de forma que los personajes hacen comentarios preguntándonos a nosotr@s o contestándose a sí mismos cuando suponen que los estamos juzgando por lo que hacen. Es una sensación inmersiva que me parece muy adecuada para historias como esta, en las que los personajes claramente actúan a veces poniéndolos de los nervios pero es agradable ver que ellos mismos se dan cuenta y nos hacen partícipes a l@s lector@s.
En pocas palabras, una buena historia que tiene de todo un poco: amor y amistad, alegrías y penas, ilusiones y decepciones y muchas escenas calentitas por parte de los personajes principales. Así que en general, es una lectura estupenda para los asiduos del género pero también para el público en general sólo por conocer aventuras amorosas y sexuales de este grupo tan curioso de amig@s, pero lo que sí os recomiendo es a Elsa García y los mensajes tan positivos que lanza a lo largo de toda la novela, con una filosofía de vida y una forma de ver las relaciones muy sana que ya se intuye sólo con reflexionar sobre el título.
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