Si los monstruos no se van

Un verano en las fiestas de un pequeño pueblo de León, ahí fue la primera vez que Sergio y Enma se enamoraron. Alli se encontraron por primera vez, pero la fuerza del destino hizo que sus caminos se fueran uniendo.
A lo largo de quince años han compartido momentos, canciones y bailes. Han cumplido sueños, compartiendo cariño y dejando atrás egoismo. Han tomado distancias, se han reencontrado, y se han vuelto a enamorar.
Pero la vida tiene monstruos, esos que hacen esconderte y ver solo penumbra, no querer abrir los ojos a una realidad que hay que aceptar y superar. Una realidad que sabes que está ahi, que la ves y crees sentir empatia, pero verdaderamente la desconocemos. Hace sentir que el dolor no es sólo fisico, que puede estar dentro muy dentro, que el miedo hace esconderte, querer vivir esa soledad y querer llorar las penas.
He pensado si este es un libro de superación, pero después de darle vueltas creo que la palabra correcta seria de aceptación. Un libro que me ha parecido escrito con muchisima delicadeza, mostrando como un corazón vive, siente y sufre. Que enseña a vivir, con lo que tiene a su alcance y a bailar incluso con los monstruos.
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