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Después de terminar con la tercera parte de la trilogía de la ciudad blanca, he necesitado un tiempo de descanso para volver a la Vitoria literaria, aunque esta nueva historia, discurre también en parte en Madrid. Gracias a El libro negro de las horas, he vuelto a conectar al menos parcialmente con “ Kraken”. Más maduro y reposado, alejado de la primera línea de fuego, al menos a priori, aunque igual de obsesivo que siempre cuando está inmerso en una investigación. Esta en concreto le toca de una manera muy directa, pues está relacionada con sus padres y su historia familiar. La trama con pocas (que no ninguna) fisura, está ambientada en el mundo de la bibliofilia y el coleccionismo de libros antiguos. Un pequeño mundo lleno de expoliadores, obras de valor incalculable y rivalidades antiguas. Un libro que habla sobre libros, suele ser un buen reclamo para cualquier lector que se precie y El libro negro de las horas, me ha parecido una buena historia. Su audición sin ser completamente adictiva, me ha gustado bastante tanto en el fondo como en la forma. La autora es muy técnica en sus explicaciones y cuida mucho todo el proceso de escritura. Lo más negativo para mí: Esti y Germán, prácticamente desaparecidos durante todo el libro. Alba, aún mucho más. Y aunque la historia de los padres de Kraken es muy buena y el abuelo es entrañable como siempre, se les echa de menos. Final abierto para otra entrega? Quizás sí. Vivirá Unai tanto como su abuelo? Quizás también 😉 |
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