Los cabrones también se enamoran

Esta divertida historia tiene como telón de fondo la ciudad de New York, en sus 422 páginas divididas en 34 capítulos, prólogo y dos epílogos, Helena nos cuenta su historia en primera persona.

Helena es una joven de 28 años nacida en Madrid, pero criada en New York. Vive junto a Guille que se ha convertido en un buen amigo, que se la quiere empotrar, (yo no entiendo como la chica no ha caído, yo sería mucho más débil). Tiene sus tres inseparables amigas: Loren, la cabal y comedida, Mia, la cabra loca que vive la vida y Sarah la recatada y con pareja estable. Y luego está su hermana pequeña Diana, que escribe sobre sexo en un blog y que le encanta chivarse de todo a la abuela, y cuando digo todo es todo, aunque se trate de sexo, en esta familia no existen ni los tabues ni los secretos.

La historia empieza con la entrevista de Helena en la revista New York Style, donde conoce a Simon Baker, su jefe, o señor microbio como a ella le gusta llamarlo. Entre ellos saltan chispas y no de las buenas, Helena es incapaz de callar esa boquita y Simon no puede estar más sorprendido por su verborrea, después de ese tira y afloja que se traen, es posible que sí salten las chispas de verdad, y de las buenas y evidentemente todo se complicará demasiado.

Es la primera novela que leo de la autora y me ha encantado su forma de escribir, tiene una pluma muy fluida a la par que divertida. al principio de la novela nos encontramos con una nota de la autora en la que nos cuenta que ya sabe que el cliché de empleada/jefe está muy visto, pero ella necesitaba escribir esta historia con su estilo y cuando terminé el libro entendí perfectamente lo que quería decir. Sí, es una novela con cliché, pero es que su protagonista es la clave de esta historia, esos monólogos que tiene con ella misma, la forma de irse por las ramas y su gran imaginación hacen que te atrape por completo olvidándote de todo. Me encanta la relación que tiene con sus amigas, su hermana, con Guille y en especial con su abuela. Y sobre la historia con el jefe, es genial, esa forma de plantarle cara y no callarse ni una y la actitud de él de como disfruta de las contestaciones de Helena. ¡Ah! Que por mucho que me ha gustado Helena, a habido una parte de la novela que me hubiera colado en ella para darle dos tortas para que espabilase, pero luego se me pasó. Sin duda una novela fresca, divertida y entretenida para estos día de verano que apetecen historias más ligeras.
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