Lo mío es dolor que ya no está en las carnes.
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Lo mío es dolor que ya no está en las carnes.
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Es así. Claro que todavía es tiempo. Elena tardo 3 años, y otras antiguas, del tiempo de mi madre, mucho más, pero dos años y veinte días, como yo, es demasiada espera. Pienso que no es justo que yo me consuma aquí. Muchas veces salgo descalza al patio para pisar la tierra, no sé por qué. Si sigo así, acabaré volviéndome mala
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“Te busco a ti. Te busco a ti, es a ti a quien busco día y noche sin encontrar sombra donde respirar. Es tu sangre y tu amparo lo que deseo”
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“Quiero beber agua y no hay vaso ni agua, quiero subir al monte y no tengo pies, quiero bordar mis enaguas y no encuentro los hilos.”
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VÍCTOR Todo cambia. YERMA Algunas cosas no cambian. Hay cosas encerradas detrás de los muros que no pueden cambiar porque nadie las oye.
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Son piedras delante de mi, pero ellos no saben que yo, si quiero, puedo ser agua de arroyo que las lleve.
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Yerma: Quiero beber agua y no hay vaso de agua; quiero subir al monte y no tengo pies; quiero bordar mis enaguas y no encuentro los hilos.
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Quiero beber agua y no hay vaso ni agua, quiero subir al monte y no tengo pies, quiero bordar mis enaguas y no encuentro los hilos.
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Cuando más relumbra la vivienda más arde por dentro.
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Juan: Tú sales demasiado. ¿No me has oído decir eso siempre? Yerma: Justo. Las mujeres dentro de sus casas, cuando las casas no son tumbas. Cuando las sillas se rompen y las sábanas de hilo se desgastan de su uso. Pero aquí, no. Cada noche, cuando me acuesto, encuentro mi cama más nueva, más reluciente. Como si estuviera recién traída de la ciudad. |
¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?