Corazón, ¿por qué mandas en mí si yo no quiero?
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Corazón, ¿por qué mandas en mí si yo no quiero?
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Decirte cómo le quiero no me produce rubor. Me escuece dentro su amor y relumbra todo entero. Él ama la Libertad, y yo la quiero más que él. Lo que dice es mi verdad agria, que me sabe a miel. Y no me importa que el día con la noche se enturbiara, que con la luz que emanara su espíritu viviría. Por este amor verdadero, que muerde mi alma sencilla, me estoy poniendo amarilla como la flor del romero. |
En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida.
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Mariana, ¿qué es el hombre sin libertad? ¿Sin esa luz armoniosa y fija que se siente por dentro? ¿Cómo podría quererte no siendo libre, dime? ¿Cómo darte este firme corazón si no es mío? |
Toda mi sangre es nueva, porque tú me la has dado exponiendo tu débil corazón al peligro. |
¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?