Muerte en el laberinto

Muerte en el laberinto empieza, como la mayoría de thrillers, con un cadáver. En este caso resulta ser el de Elsie Thornton, la niñera británica de la familia Desvalls. Es hallada flotando en el agua en el Lavadero Mayor, en el palacio que tiene la familia a las afueras de Barcelona.
Lo que en un principio parece ser un suicidio se convierte en un asesinato, pues el cuerpo presenta restos de opio en el cuerpo además de estar embarazada.
Así es como el caso termina en manos del inspector Ignasi Requesens, inspector que había obtenido reconocimiento gracias a un caso resuelto no mucho antes, es el caso que ocurre en la novela "El crimen del Liceo", se menciona en algunos momentos pero no hace falta para nada haberlo leído anteriormente para poder seguir la trama perfectamente.

Durante su investigación, el inspector descubre que esta muerte no es la primera que ocurre en ese mismo lavadero, pues años antes un joven poeta andaluz amigo de los dos hijos mayores de los Desvalls, fue encontrado muerto de la misma forma.

Con un ritmo bastante ágil nos adentramos en la historia, queriendo y necesitando saber más de todo lo ocurrido, investigando junto a Requesens y a su compañero Cristóbal y asistiendo a los interrogatorios a la familia y empleados.

Con 320 paginas divididas en 7 capítulos, cada uno de ellos correspondiente a un día de investigación, asistimos la investigación además de presenciar el ambiente que se vivía en la ciudad los días previos a lo que más tarde se le llamó La semana trágica.

Fernando García Ballesteros ha creado una novela negra increíble en la que además de relatarnos en caso en si, vemos también como eran estas un siglo atrás, donde ya se empezaban a ver algunos de los procedimientos que ahora conocemos además de aparatos actuales como son los coches y los teléfonos.