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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
28 November 2017
Sin más dilaciones, y para no eternizarme con una de mis, redundando, eternas entradillas, resumo: hoy toca cuquilibro :)

La colección Rara Avis, de la editorial Alba, nos da muchas alegrías y, lo que es mejor, en multitud de géneros, porque es una colección donde cabe un poco de todo. Y hoy toca un libro cuqui. Y muy british. British hasta la médula. ¿Qué más se puede pedir en esta vida? Pues una dedicatoria como esta del autor, que ya te pone la sonrisa nada más abrir el libro:

Este libro está dedicado a las galantes e indispensables señoras de la limpieza que, año tras año, ponen orden en las Islas Británicas.

Porque eso es Flores para la señora Harris, una oda a las señoras de la limpieza británicas. En esta historia todo el mundo las reconoce, todo el mundo percibe lo que son, como si fuesen una estatua de la reina Victoria o el osito Paddington. Son, SON, las mujeres de la limpieza británicas. Y no necesitan de cabinas de teléfonos donde cambiarse para convertirse en Superwoman: lo llevan de serie, se ve a la legua, se las reconoce nada más verlas. No se dejan impresionar por nada ni por nadie, son decididas, luchadoras, valientes, indómitas, independientes, fuertes y, como algo se les meta entre ceja y ceja, todas las agallas de este mundo son pocas para las que ellas despliegan en su afán por conseguirlo. Así es nuestra protagonista, viuda desde muy joven y que no se ha dejado amedrentar ni un poquito por la situación. Ha salido adelante, se ha buscado la vida, es más que feliz con lo que tiene, posee un carácter de aúpa, y además le encanta verse rodeada de belleza y color.

¿Y qué se le antoja a Ada Harris, señora de la limpieza británica y habitante de Londres? Un vestido de Dior. Pero nada de comprarlo en la boutique de la esquina... no, ella quiere comprarlo donde lo compran las damas de la alta sociedad, en el lugar sacrosanto de la firma allá en París. El vestido y el viaje cuestan su salario anual, pero también hay que vivir, así que con todo lo que hay que descontar, la cosa se puede ir a dos o tres años mínimo para poder ahorrar lo necesario. ¿Creéis que eso echa para atrás a nuestra maravillosa Ada Harris? ¡Nononono! Sin atajos, a base de trabajo, sudor y sacrificio personal, se dispone a hacer realidad su sueño.

Si os digo que consigue llegar hasta París no os desvelo nada, porque se dice en la primera página del libro. ¿Alguien lo había dudado con lo dicho hasta ahora? ¡Claro que llega a París! ¡Claro que sube al primer piso, el de los pases privados de Christian Dior, en la Avenue Montaigne! ¡Con su abrigo desgastado, sus guantes mal escogidos, su bolso de imitación de piel y su ridículo sombrero! Y creedme, no está dispuesta a recibir un no por respuesta por culpa de su aspecto plebeyo y de clase obrera. Lleva un fajo de billetes en el bolso que quita el hipo y quiere comprar un vestido. Y además tiene que volver a su trabajo en Londres al día siguiente y ni siquiera va a hacer noche en la deslumbrante París, así que ya pueden ponerse las pilas los de Dior... porque no, Julia Roberts no fue la primera en sufrir en carnes propias el rechazo de las dependientas estiradas en las firmas de alta costura :)

Lo que pasa a continuación, las aventuras de Ada Harris en París, tendréis que averiguarlo por vosotros mismos, pero os digo desde ya que como os pongáis a ello, vais a caer rendidos ante esta humilde e inolvidable mujer que tiene ansias de belleza y elegancia, pero que ganará cosas mucho más preciosas por el camino. La señora Harris cree que si tiene un vestido tan bonito que cuesta 450 libras ya no puede desear nada más en esta vida, y el avanzar de las páginas le demostrará lo equivocada que está.

Porque lo que importa no es si en París cumple o no su sueño, si consigue o no su ansiado vestido de Christian Dior, sino el proceso para conseguirlo, la determinación, la ilusión, la aventura, los descalabros, los tropiezos, los sacrificios... y las personas que se encuentra por el camino, personas que necesitan como agua de mayo un hada madrina en forma de señora de la limpieza británica que dé un poco de luz y calor a sus vidas.

Flores para la señora Harris comienza siendo la historia de amor de la señora Harris por un vestido de Dior, y termina siendo una oda al amor por la vida, a no dejar jamás de intentar cumplir nuestros sueños, a no permitir que nuestro lugar en el mundo defina quiénes somos y a lo que aspiramos. Te deja con una sonrisa en la cara, con un poso de alegría, de confianza en la existencia de la bondad humana, y aunque un pepito grillo te dice que en la vida real seguramente las cosas hubiesen sido muy distintas, para eso están los libros: para soñar. Y la lección está ahí: el amor, la amistad, la humanidad, la bondad, la empatía, una sonrisa cuando todo parece ir mal... todo ello debe prevalecer siempre sobre lo material.

Dos tercios de la historia transcurren en París, y mientras que en el tercio restante somos testigos el carácter admirable de nuestra protagonista en su tesón por conseguir los cientos de libras que le hacen falta, en esas otras páginas, las que tienen lugar cuando pisa la Ciudad de la Luz, es donde la magia de la historia se despliega ante nuestros ojos. Personajes memorables, de los que quizás al cabo de las semanas no recuerdas sus nombres pero sí cada uno de sus actos y efectos en la historia; diálogos exquisitos e inteligentes, de esos que nacen de una visión acerada e ingeniosa del mundo y sus habitantes; y sobre todo el poso, ese sedimento risueño, optimista y pleno de fe en la raza humana y en su bondad que no te suelta cuando cierras el libro.

Estamos en el mes feelgood, y eso es lo que representa este libro, pero no caigáis en la tentación de creer que no hay nada más allá de eso. La moraleja intrínseca a la historia, lejos de resultar moralizante, destila sentido común, genialidad y amor en el sentido más amplio de la palabra. Y si os preguntáis qué tiene que ver el título con el dichoso vestido de Dior... pues tendréis que leer también el libro para descubrirlo. Porque lo es todo: ese título lo resume todo.

Por cierto, ¿recordáis la peli aquella de la aventura del Poseidón? ¿Esa de catástrofes en la que un trasatlántico queda boca abajo, y sálvese quien pueda, y todas esas cosas? Pues la novela en que se basaba era de este mismo autor, Paul Gallico, y salvo alguna edición viejuna de esta novela, poca cosa suya más hay en castellano. Y encima resulta que nuestra querida señora Harris protagonizó al menos tres novelas más: en una de ellas se largaba a Nueva York y en otra plantaba sus feos zapatos en Moscú. Sé que tengo la boca muy grande y las manos muy ligeras para pedir a todas horas que traduzcan cosas inéditas en castellano, pero, ¿de verdad nos vamos a quedar a medias con las aventuras de Ada? Ya son ganas de hacernos sufrir, oye...
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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